Macroeconomia
Enviado por denial • 20 de Marzo de 2014 • 2.875 Palabras (12 Páginas) • 191 Visitas
TENDENCIAS SOCIOECONOMICAS DE:
MEXICO
Las estimaciones de pobreza en México, así como sucede en casi todos los países, se realizan cada vez que se levantan encuestas de ingreso y de gasto de los hogares que en general son relativamente caras y que por ello éstas se llevan a cabo cada 2 o cinco años. De esta forma, en México se conoce la estimación de la pobreza de manera oficial cada dos años; en otros países esto sucede de manera más espaciada.
Por esa razón y con el objeto de disponer de información pertinente y oportuna en materia de política social, el
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presenta, a partir de marzo de
2010, una compilación de información y la construcción de algunos indicadores sobre las tendencias
económicas y sociales de corto plazo. Estos indicadores pretenden ser un instrumento de ayuda en la toma de
decisiones en materia de política social. La información que se presenta en este documento, en particular el
Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), no pretende ser una medición oficial de la pobreza en
México; sino, mostrar la tendencia en el corto plazo de diferentes indicadores que tienen incidencia en la
pobreza.
Estos indicadores son: la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) trimestral, el indicador global de
la actividad económica mensual, el sistema de indicadores compuestos mensuales tanto el coincidente como el
adelantado, la tasa de desocupación trimestral, el número mensual de trabajadores afiliados al IMSS y los
valores mensuales de las líneas de bienestar mínimo de acuerdo con la nueva metodología de medición
multidimensional de la pobreza. Estos indicadores están agrupados en tres grupos: de actividad económica,
laborales y de precios. La información base recopilada en estos indicadores es producida por el INEGI, el
Banco de México y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Uno de los indicadores que el CONEVAL presenta es el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza. La serie
de este indicador muestra trimestralmente la tendencia de la proporción de personas que no puede adquirir la
canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo. La estimación se lleva a cabo con información de la Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que se elabora cada trimestre desde 2005 y que incluye el ingreso
laboral de los hogares. Este indicador tiene información disponible a nivel nacional y para cada una de las
entidades federativas.
El ITLP no constituye una medición de pobreza, puesto que no comprende todas las fuentes de ingreso ni
todas las dimensiones de la Metodología Multidimensional de la pobreza dada a conocer por el CONEVAL en
diciembre de 2009. Sin embargo, este indicador se construye trimestralmente a partir del ingreso laboral de las
familias y el precio de los alimentos de la canasta alimentaria, que son dos elementos relevantes para la
medición de la pobreza. Por ello, esta información es oportuna para la toma de decisiones en materia de
política pública.
TENDENCIAS SOCIOECONOMICAS EN:
NORTEAMERICA
A principios del 2009, el presidente electo Obama tomó posesión de su cargo. El mayor reto al que se enfrentaba era, sin dudas, la crisis económica global. Los antecesores del presidente Obama liderados por George W. Bush se inspiraron en una política económica de corte liberal para salir de la crisis. De esta forma, optaron por la supresión de trabas comerciales y por mantener los impuestos bajos con el objetivo de fomentar la inversión privada y con ello, la recuperación del mercado.
Sin embargo, tras los resultados electorales, quedó claro que los ciudadanos de los Estados Unidos habían abogado por un cambio en el modelo económico, que pasaba por volver a recuperar el papel protagonista del Estado a la hora de impulsar la recuperación y salida de la crisis, además de fomentar nuevos modelos productivos que durante la última década ya se habían empezado a aplicar en Europa.
El principal interés del presidente Obama es la creación de una industria ecológica basada en las energías renovables, que genere empleo y absorba de esta forma a las víctimas laborales del modelo de construcción que colapsó con las subprime. Para ello, desde la implantación de su programa para la recuperación ha destinado la mayor parte de la inversión en parques eólicos o paneles solares.
La intención con estas inversiones en economía “verde” es la creación de aproximadamente dos millones y medio empleos desde el inicio del programa a mediados de 2009 hasta principios de 2011, sin embargo estas previsiones cuentan con algunas críticas de expertos como Erin Burnett, quien considera que incluso generando esos puestos de trabajo el número de parados sería todavía muy alto. También señaló que la mayoría de los inversionistas de Wall Street no siguen con mucha confianza el plan de inversión en energías renovables del presidente, lo que perjudica el desarrollo de este tipo de modelo económico, ya que la mayoría de inversiones requieren de apoyo privado para generar una mejora en la producción.
Otro de los puntos más importantes en el programa económico de la Administración Obama es sin lugar a dudas la inversión en infraestucturas por parte del Estado. Este tipo de programa ya se aplicó por el presidente Roosevelt durante la recuperación a la crisis de 1929 y dio muy buenos resultados, sin embargo también le llovieron críticas por parte de expertos, ya que muchos consideran insuficiente este tipo de inversión, porque genera empleo temporal y no mercado que sea capaz de absorber el flujo de desempleados a medio plazo.
El presidente norteamericano tiene previsto en apenas un par de años poner en funcionamiento muchas de las infraestructuras en las que el gobierno está invirtiendo en la actualidad.
Los gastos globales para este plan se estiman en aproximadamente 800.000 millones de dólares (unos 570.000 millones de euros), y para financiarlos el presidente Obama ha recurrido a disminuir los impuestos a empresarios pequeños, mientras que aumentó la presión fiscal a los inversionistas y grandes empresarios, situando las tasas impositivas de estos últimos en los niveles más altos de los últimos treinta años.
Pese a todo, algunos expertos economistas como Davey Clifton aseguran que el presupuesto federal no podrá asumir semejante ritmo de inversión, y que además la presión fiscal a los mayores inversores de Wall Street podría perjudicar de manera grave al interés privado en levantar el mercado norteamericano.
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