Maria dos prazeres

María dos prazeres es una novela escrita por Gabriel García Márquez en el año de 1992, relata en una España post guerra civil. Nos habla sobre una mujer mulata de cabello duro y ojos amarillos de 76 años que vive sola con su perro Noi en Barcelona; tras un sueño que ella tuvo presenció que iba a morir antes de navidad pero este instinto es lo que la lleva en esta travesía de organizar todo sobre su muerte a lo cual no fue precisamente eso.

María fue vendida por su madre a los 14 años a un oficial de un barco turco el cual la disfruto sin piedad y luego la dejo abandonada en la ciénaga de luces del Paralelo en Barcelona sin idioma, sin dinero y sin nombre, debido a esto se convirtió en una prostituta pero ya no ofrecía su servicio y hacía ya mucho tiempo que había perdido la compasión por los hombres. Ella contrato a un vendedor de entierros y le manifestó las condiciones que tenía para su sepelio, quería que la enterraran en un lugar alto, tranquilo y seguro por donde no ocurrieran inundaciones como lo es el panteón de Montjuich, ya que de pequeña había tenido una horrible experiencia con el cementerio de Manaos que se inundó por el desbordamiento del amazonas y ella vio los ataúdes rotos flotando en el patio de su casa con pedazos de trapos y cabellos de muertos en las grietas. Precisamente en Montjuich están sepultados Buenaventura Durruti y dos dirigentes anarquistas muertos en la guerra civil, María quería reposar al lado de Durruti ya que había asistido a su entierro pero no había espacio disponible. María ya había previsto con tanto cuidado la repartición de sus bienes y ahora su única preocupación era quien la iba a visitar cuando muriera ya que no tenía familiares, de esta manera entrenó a su perrito Noi para que fuera al cementerio de Montjuich y llorara sobre su tumba; más tarde se hace amiga de una niña de nueve años para que se encargue de su perrito. Cuando María se retira de ser prostituta se va a vivir al pueblo de Gràcia con una fortuna que obtuvo, ella aun tenia cierto vínculo con el pasado y era el conde de Cardona que la visitaba los últimos viernes de cada mes para cenar y tener un desalentado amor de sobremesa, sin embargo un día por la radio, se anuncia que el general Francisco Franco había asumido la responsabilidad de decidir el destino final de tres separatistas vascos que acababan de ser condenados a muerte ante esta noticia el conde muestra su conformidad pero maría se opuso y lo amenazo que le echaría veneno a su sopa de esta manera el conde no volvió más a visitarla. Una tarde glacial de noviembre cuando María salía del cementerio cayó una tormenta, los buses iban llenos y no había taxis hasta que un hombre se ofreció a llevarla, ya estando en su casa entran los dos, a lo que mientras María iba subiendo las escaleras supo que no iba a morir sino que era la vida y la pasión lo que iba a encontrar.

En conclusión lo que sucedió fue que María

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