Mi Encuentro Con El Mar

Mi encuentro con el mar

¡Qué grande y hermoso es!

Ese fue mi primer pensamiento al conocer el mar a la edad de 8años.Toda mi corta existencia, hasta ese maravilloso día, en mi natal Monterrey, soñaba con conocer el mar. Mi hermana Mariana y yo, le pedíamos incesantemente a mi padre Roberto y a mi madre Blanca, que nos llevaran a la playa a conocer el mar.

MI padre nos sembró esa curiosidad, pues muchas de las tardes de reunión familiar en la sala para leer ( mi padre y mi madre, asiduos lectores, no veían casi nunca la tv),nos decía:

-Algún día, vamos a vivir en algún puerto donde podamos disfrutar de la brisa marina, que en la piel, se siente como una caricia divina, para disfrutar de hermosos atardeceres y descansar algunas veces tumbados sobre la arena, cama de terciopelo, para disfrutar de la hermosa vista de un cielo de estrellas plagado y del murmullo de las fosforescentes olas chocando en las escolleras.

Mi mente infantil volaba hacia ese lugar y se zambullía bajo esas hermosas olas para jugar con los delfines y pasar tardes enteras coleccionando conchas marinas.

El mar- decía mi madre- es enorme y majestuoso, fuente de vida y un lugar hermoso para vivir. El mar no se rinde ante nada, siempre llega a su destino, por eso, su padre les puso esos nombres: MARiana y MARcela, para nunca olvidar que ahí nos conocimos, y ahí queremos terminar nuestros días.

Y no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue, así reza el refrán. Esa tarde del mes de marzo cercana al fin de semana, coincidiendo con el sábado de gloria de aquel año de 1984, entró mi padre a toda velocidad, tirando al suelo su maletín y alzando en vilo a mi madre, le dice:

-¡Al fin, amor! ¡Me trasfirieron a Lázaro Cárdenas Michoacán!.

Yo intrigada, le pregunté:

-¿Y eso que papi?

- Ahí, hijita, está el mar.

Y así fue como iniciamos el camino hacia el sueño largamente acariciado por todos y cada uno de los miembros de mi familia..¡Vivir cerca del mar!.

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