Modernismo vs. generación del 98 ¿Conciencia o belleza?

¿Conciencia o belleza?

Empieza un nuevo siglo, ¿las cosas se quedan atrás? Al contrario, la gente despierta y quiere renovarse de acuerdo  a lo que sucede en su entorno. Es así como modernistas y noventayochistas buscan resaltar. Sin saberlo, se parecen; mas, en el fondo una gran conciencia social los divide, mostrando que los tiempos cambian y su literatura también lo hará.

Eran un grupo de escritores, que solían reunirse en lo que se conocía como “cafés literarios”, buscaban encontrar una identidad para el lugar donde se encontraban; salir de lo común y renovarse. ¿De quién estamos hablando? Precisamente, tanto de modernistas como de aquellos escritores del 98. Ambos grupos resaltaron a finales del siglo XIX e inicios del XX, se encontraban con una meta: saber quiénes eran, quién era su pueblo y rebeldemente, se renovaron.

Sin embargo, si todo suena igual, ¿Qué los hace diferentes? Empecemos por evidenciar la distancia en la que se posaba un océano entre ellos; pues modernistas se abrieron campo en Hispanoamérica, mientras la generación del 98 lo hizo en España. Los últimos, tuvieron el deber de levantar a su nación, tras haber sido echada de lo que a golpes consiguió. La gente en ese país estaba totalmente desmoralizada e incluso hablan de la muerte de su amada España, su deber ahí era levantarlos como leemos con Unamuno: “Caerá sobre tu muerte un ¡Viva España!”. En la otra cara de la moneda, vemos una América Latina que al fin siente respirar; confundida, pues no saben si sigue perteneciendo a España o a sus raíces, ha sacado a flote su capacidad de progreso y modernidad. Pero, ¿qué tal si para no enredarte en tu reconocimiento de identidad, te alejas volando sobre una alfombra que vuela y aterrizas en un elefante? Fue lo que hicieron ellos, alejándose de pensamientos confusos que después te escupían en un charco de depresión y melancolía. Mientras los españoles daban un paso sobre  la muerte, hispanos eran atraídos por ésta pues sus remolinos imaginarios habían acabado por marearlos por completo.

Ahora, ¿cuál es pues la mejor manera de escribir una evasión a las Indias o a la Edad Media? Escribiendo en prosa, sería más aburrido que envolvente ese viaje. Por ello, buscando una belleza singular, preciosa, el modernista escribe en verso, formando poemas maravillosos donde la sonoridad sobra; expresando así su amor extremo a sus platónicas, mientras se embriaga física y mentalmente con eternas alegorías, como Medardo Ángel Silva demuestra anhelando ser el viento para poder besar a su amada. Los noventayochistas no tienen en qué obsesionarse si no en el levantamiento de su patria, hablando de frente, sin importarles si insultan a un rey por elevar los ánimos de su pueblo; así es como ellos engendran novelas, ensayos y teatros en general.

Hubo exponentes que se identificaban con ambos movimientos, sacando lo que ellos consideraban mejor de los dos. Debemos seguir su ejemplo, no involucrándonos en ideales que ya han sido resueltos; si no extrayendo de ellos la mejor parte, viajando mientras somos conscientes del viaje.

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