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Modernismo


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  1.409 Palabras (6 Páginas)  •  319 Visitas

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EL ESPÍRITU MODERNISTA: SUS RAÍCES HISTÓRICAS Y SOCIALES

El Modernismo se veía como una reacción contra el espíritu utilitario de la época, contra un industrialismo que lesionaba al hombre. En efecto, en sus raíces hay un profundo desacuerdo con la civilización burguesa (ya comentamos en las clases a qué se debe).

Se produce así la conocida crisis de la conciencia burguesa y así cabe la franca rebeldía política (por ejemplo, la del escritor cubano José Martí).

Con todo, es más frecuente el caso de quienes manifiestan literariamente su disconformidad a través de un aislamiento aristocrático y de un refinamiento estético.

Rubén Darío por ejemplo, definió al Modernismo como la expresión de la libertad y hasta como el anarquismo en el arte. Concluyamos que, en todo caso, fue un ataque indirecto contra la sociedad, al presentarse −en general− como una rebeldía de soñadores, o una rebelión ambigua.

La renovación poética es cada vez más visible a partir de 1880, tanto en España como en Hispanoamérica.

La influencia francesa merece especial atención. Junto a la huella de los grandes románticos (como Víctor Hugo); 2 corrientes de la 2ª mitad del siglo marcan la pauta: el Parnasianismo y el Simbolismo.

El Parnasianismo debe su nombre al título de una revista. Con su famosa divisa: El Arte por el Arte. Se instaura el culto a la perfección formal, el ideal de una poesía serena y equilibrada, el gusto por las líneas puras y escultóricas.

El Simbolismo, en sentido estricto, es una escuela constituida hacia 1886. Propone ir más allá de lo sensible: para ellos, la realidad encierra, tras sus apariencias, significaciones profundas o afinidades insospechadas con los estados de ánimo.

Se sirven para ello, ante todo, de símbolos, que dan nombre al movimiento. Por ejemplo, el ocaso puede ser símbolo de decadencia o de muerte, el camino será el símbolo del vivir, un sauce transmitirá tristeza, etc.

El Modernismo es, en buena medida, una síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo.

De los parnasianos se toma el anhelo de perfección formal, los temas exóticos, los valores sensoriales.

Y de los simbolistas, el arte de sugerir y la búsqueda de efectos rítmicos dentro de una variada musicalidad.

TEMAS

Se apunta en 2 direcciones.

Una atiende a la exterioridad sensible (imágenes legendarias, paganas, exóticas, etc.) La otra línea apunta a la intimidad del poeta.

Pues bien, a partir de este 2º aspecto se explica mejor el sentido unitario de toda la temática modernista.

Una desazón romántica. Así, son notables las afinidades de talante entre románticos y modernistas:

Análogo malestar, semejante rechazo de una sociedad vulgar, parecida sensación de desarraigo, de soledad. La nueva crisis espiritual exalta otra vez, por encima de la razón, las pasiones y lo irracional; y la literatura vuelve a dar entrada al misterio, a lo fantástico, a los sueños.

Pero lo más importante son las manifestaciones de hastío y de profunda tristeza. La melancolía y la angustia son sentimientos centrales. Prueba de ello son la presencia de lo otoñal, crepuscular, la noche, temas reveladores de ése malestar romántico de quienes se sienten insatisfechos del mundo en que viven.

El escapismo. La actitud así llamada se explica por lo dicho antes. El modernista −como el romántico− huye a veces del mundo por los caminos del ensueño. Pero ahora la evasión se nutre con una elegancia exquisita aprendida de los parnasianos.

Hay una evasión en el espacio: ese conocido exotismo, cuyo aspecto más notorio es lo oriental. Y una evasión en el tiempo, hacia el pasado medieval, renacentista, etc., fuente de espléndidas evocaciones históricas o legendarias. A ello se añade el gusto por la mitología clásica, con su sensualidad pagana.

Evasión, del anhelo de buscar lo distinto, lo aristocrático. Y ese cosmopolitismo desembocó, sobre todo, en la devoción por París, meta e inspiración de tantos modernistas, con su Montmartre, sus cafés, sus bohemios o sus dandys, sus damas galantes.

El amor y el erotismo. Hay en la temática modernista un contraste reiterado entre un amor delicado y un intenso erotismo. Así, de una parte, veríamos una idealización del amor y de la mujer, aunque ese ideal irá acompañado casi siempre de languidez, de melancolía: se trata de un nuevo cultivo del tema del amor imposible. Frente a ello, habrá muestras de un erotismo desenfrenado: sensuales descripciones, frecuentemente unidas a evocaciones paganas, exóticas o parisienses. Ello es interpretable, a veces, como un desahogo vitalista ante las frustraciones; otras veces, enlaza con actitudes asociales y amorales.

LA ESTÉTICA MODERNISTA

Esas mismas ansias de armonía, de perfección, de belleza

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