Momo Michael Ende

MOMO Michael Ende

Primera Parte: Momo y sus amigos

I. Una ciudad grande y una niña pequeña

Momo una niña de la cual desconocían si edad vivía en un anfiteatro antiguo, abandonado y sencillo, donde fue protegida y ayudada para tener un hogar gracias a los vecinos quienes regalaban algunos objetos aun con utilidad como una cama y con su trabajo como de albañilería adecuaron su cuarto para adecuarlo como un hogar.

II. Una cualidad poco común y una pelea muy común

Momo, se convirtió en alguien muy valioso y muy recurrido por sus amigos, quienes cada día la visitaban, le hacían saber sus inquietudes y platicaban con ella detalles de su mente y vida que con Momo fluían con gran naturalidad y confianza, había una especial facilidad que surgía para decirle a Momo los pensamientos más profundos.

En una ocasión ayudo a unos amigos que discutían por un mal entendido y que no consideraron que inicio la confusión a partir de unas bromas, aclarando las mal interpretadas acciones que les llevaron a esa pelea que fue resuelta solo con comunicación entre los dos, manteniendo a Momo cerca como mediadora neutral que solo escuchaba las aclaraciones.

III. Una tempestad de juego y una tormenta de verdad

Como la mayor virtud de Momo es escuchar, escuchaba lo mismo a los adultos como a los niños, quienes se divertían mucho con Momo dejando volar su imaginación pasando momentos de aventura con la creatividad de su infancia, los niños valoraban y esperaban a estar con Momo porque ahí era donde mejor disfrutaban esta imaginación creativa y divertida

IV. Un viejo callado y un joven parlanchín

Momo tenía dos amigos preferidos, el viejo Beppo Barrendero quien era muy callado tanto que cuando le preguntaban algo solo respondía cuando fuera necesaria la respuesta de no ser necesaria prefería no hablar, en cuanto la pregunta necesitara respuesta y el tuviera que pensarla, se toma el tiempo que le llevara formular su opinión o su pensamiento al respecto, incluso a veces tardaba días en responder cuando a los demás se las había olvidado la pregunta. Eso les hacía pensar que estaba un poco loco. El otro amigo era el joven Gigi Cicerone quien tenía la profesión que la ocasión le permitiera, viviendo con ser rico y famoso aunque sin ser atraído por el trabajo y el esfuerzo, resistiéndose y debatiendo sobre el ritmo de vida de quienes habían vendido su vida por un poco de bienestar, asegurando que Gigi no dejaría de ser Gigi. Beppo y Gigi se respetaban mutuamente

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