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Musica Y Musicoterapia


Enviado por   •  7 de Enero de 2015  •  2.606 Palabras (11 Páginas)  •  128 Visitas

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Para poder entender la musicoterapia y sus aportaciones como herramienta terapéutica hay que conocer los estudios realizados acerca de la psicología musical. La psicología musical consiste en el estudio del comportamiento del individuo que se deriva de la música. Se trata del estudio de la forma en que incide la música en el individuo.

De esta manera se contempla los efectos que la música tiene en todas las áreas de desarrollo personal humano, desde el aspecto emocional, mente, sentimientos, aptitudes y cómo se asocia éste al entorno o ámbito social al que está expuesto.

Para comprender mejor dichos efectos, no podemos dejar de mencionar una serie de eventos que tienen como punto de partida en el cerebro, centro de almacenamiento y recepción y objeto de estudio constante.

Pero por supuesto la psicología musical, como cualquier otra especialización de la psicología, no sólo persigue el estudio y la mejora de las aptitudes cerebrales cognitivas o psicofisiológicas. Es de vital importancia dirigir la atención hacia una realización total del individuo, lo que incluye sus aspectos emocionales, sus sentimientos, en definitiva su entera inteligencia emocional.

Antecedentes: La Música y su influencia

La música ha desempeñado un papel destacado en la vida de la gente. Definimos normalmente a la música como “el arte de combinar los sonidos”. Cuando hacemos esto por ejemplo, podemos definir a la pintura como “el arte de combinar los colores”. Quizás estas definiciones nos parezcan más provenientes de un ojo observador o de un oído que escucha. Sin embargo en cuanto a esta definición, no nos preocupa tanto en este trabajo la dimensión artística de la música sino los efectos que produce.

Aunque la idea acerca de los efectos positivos que puede ejercer la música en las personas es un concepto muy aceptado y extendido a nivel mundial, no es algo nuevo ni mucho menos para el inconsciente individual y colectivo desde tiempos ancestrales. Es extraño por no decir imposible, estudiar una determinada cultura, pueblo o etnia, que no incluya a la música como una de las principales actividades de su vida social y como uno de sus mayores medios de expresión. Se demuestra que algunos pueblos sin conocer la escritura, utilizaron la música y el canto como su medio principal con el cual transmitir sus conocimientos, historia, costumbres, y actividades sociales a sus descendientes a lo largo de los siglos. Estos hechos reafirman el valor y el papel de la música en la vida del individuo y de la sociedad.

Pero la música también ha sido utilizada mucho más que como un modo agradable de traspasar conocimientos. Considero un ejemplo a destacar en este sentido el de cierta tribu de África, (extraído de diversas fuentes en internet) cuyos pobladores incorporan la música en los diferentes eventos a lo largo de la vida de sus congéneres, promoviéndola e inculcándola desde pequeños como un ejemplo a seguir. Así, ya en el mismo comienzo de la vida del niño, desde su nacimiento, toman la iniciativa de reunirse en grupo, cantando una canción única y distintiva para él, que lo acompañará para siempre. Una vez hecho esto, seguidamente la canción es presentada al pueblo. A partir de ese momento, continuarán reuniéndose a lo largo de la vida del niño en sus diferentes etapas: cuando comienza su educación, cuando se inicia como adulto, y cuando se case. En todos estos acontecimientos importantes, la persona escuchará su canción. Incluso cuando alguien comete un acto delictivo, todo el pueblo es convocado y se reúne para recordarle quien es él, cantándole su distintiva y personal melodía.

Podemos considerar estos ejemplos como una muestra inequívoca acerca del papel prominente que, consciente o inconscientemente la humanidad le ha otorgado desde siempre a la música en sus diversas expresiones.

En cualquier caso, la comprensión acerca de los efectos emocionales positivos que la música ejerce en las personas no es algo reciente. De manera que es un hecho demostrado que existe una fuerte relación entre la música y las emociones.

Incluso muchos siglos antes en la historia, podemos encontrar referencias a los efectos de la música y tal vez algunos primeros intentos en transformarla en una manera de conseguir logros positivos en los demás.

Platón, uno de los filósofos más reconocidos y probablemente el más influyente, dio especial atención a la música como una de las dos principales disciplinas más importantes en la transmisión de conocimientos y de aptitudes. Como hemos considerado, la música incide positivamente en todas las actividades de la vida que favorecen el desarrollo y la optimización de la inteligencia social.

1.1 La Psicología Musical y la inteligencia emocional

Durante mucho tiempo, la tendencia general enfocaba al desarrollo intelectual como el medio para alcanzar la felicidad, o cuanto menos, la realización aceptable para las personas y la sociedad. (Robert L. Thorndike / David Wechsler 1940) Sin embargo a principios del siglo XX algunos comenzaban a mencionar términos como “inteligencia social” y “factores no intelectivos”, que cumplen un importante papel en el desarrollo de dicha felicidad, aunque probablemente estos trabajos no tuvieron la repercusión esperada.

La inteligencia social es en esencia, la capacidad de aplicar habilidades sociales que nos permiten interactuar armoniosamente con los demás. Y los factores no intelectivos son precisamente aquellos que no dependen del intelecto, como por ejemplo la motivación el temperamento y la perseverancia. Posteriores estudios confirmaban lo vital de la perseverancia o la práctica como un factor clave en el dominio de diversas disciplinas. (Ericsson y Charness, 1994; Ericsson, Krampe y Tesch - Romer, 1993; Ericsson, 1999)

Más adelante se establece el concepto de “inteligencia emocional” que se había propuesto en la segunda mitad del siglo pasado, comenzó a cobrar más fuerza de la mano de Wayne Payne, quien hacía referencia de ello en sus trabajos. Así, ya en los años 80 y particularmente en las últimas décadas, diferentes estudios arrojaban datos que cuestionaban esa tendencia a dirigir toda la atención en potenciar al individuo casi exclusivamente a través de su capacidad intelectual. El concepto de inteligencia emocional y lo que éste realmente significaba no tuvo gran repercusión sino hasta 1995, tras la publicación del libro: “Inteligencia emocional”. (Daniel Goleman)

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