Módulo 3: Nociones gramaticales de la comunicación escrita Tarea 3.2: La acentuación

National College University

Electrical Engineering Technology with Renewable Energy

4043ONL Span 1010

Módulo 3: Nociones gramaticales de la comunicación escrita

Tarea 3.2: La acentuación

Pedro A. Vázquez Concepción

# Estudiante: 1807070845

16 de septiembre de 2018

La Acentuación

1. El acento ortográfico y el acento diacrítico

        a. La cultura del miedo”

“Creo que una función primordial de la literatura latinoamericana actual consiste en rescatar la palabra, usada y abusada con impunidad y frecuencia para impedir o traicionar la comunicación. “Libertad” es, en mi país, el nombre de una cárcel para presos políticos y “Democracia” se llaman a varios regímenes de terror; la palabra “amor” define la relación del hombre con su automóvil y por “revolución” se entiende lo que un nuevo detergente puede hacer en su cocina; la “gloria” es algo que produce un jabón suave de determinada marca y la “felicidad” una sensación que da comer salchichas” (Ballester, et al., 2016).

        En este trabajo de acentuación se les colocó la tilde a las siguientes palabras: función, comunicación, relación, revolución, jabón, y sensación, debido a que su fuerza de pronunciación está en la última sílaba y terminan en n, por lo tanto, se conocen como palabras agudas. También, se le coloco tilde a la palabra país, aplicando la regla de los hiatos usando la regla de la vocal abierta + vocal cerrada tónica, convirtiéndola en una palabra aguda no usando las reglas generales. Se acentúo la palabra cárcel y automóvil, ya que ambas palabras poseen su fuerza de pronunciación en la penúltima palabra y no terminan en n, s o vocal. Finalmente, se colocó la tilde a las palabras políticos y regímenes porque su fuerza de pronunciación está en la antepenúltima sílaba, convirtiéndola en una palabra esdrújula y siempre llevan acento ortográfico.  

        b. “La cocina de la escritura”

“En realidad, tengo mucho que agradecerle a la palabra. Es ella quien me ha hecho posible una identidad propia, que no le debo a nadie sino a mi propio esfuerzo. Es por esto que tengo tanta confianza en ella, tanta o mas que tuve en mi madre natural. Cuando pienso que todo me falla, que la vida no es mas que un teatro absurdo sobre el viento armado, se que la palabra siempre está ahí dispuesta a devolverme la fe en mi misma y en el mundo. Esta necesidad constructiva por la que escribo se encuentra íntimamente relacionada a mi necesidad de amor: escribo para reinventarme y para reinventar el mundo, para convencerme de que todo lo que amo es eterno” (Ballester, et al., 2016).

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