“Nada” libro autora Jane Teller

Nada es una novela de carácter existencialista escrita en 1944 en la que Carmen Laforet, la autora, refleja la vida en la ciudad de Barcelona durante la posguerra. Conocemos la realidad de la España de mitades del siglo XX donde la pobreza y la precariedad estaban presentes en la mayoría de sus habitantes. La descripción que Laforet hace del contexto es tan buena que incluso hay algunos que creen que la novela es autobiográfica, sin embargo, no es así. Nada, es la obra más importante de la autora y está considerada entre los críticos literarios como una de las mejores novelas de la época del franquismo.

En esta novela podemos distinguir una doble temática. Por una parte, la incertidumbre de los destinos humanos. Las acciones y recorridos de los personajes no son pasos hacia un objetivo definido, sino errores y desvíos en busca de unos valores auténticos que den sentido a sus vidas. Por otro lado se distingue la ausencia de comunicación, el aislamiento entre los personajes de la obra. Esta imposibilidad de acercarse unos a otros es consecuencia de la falta de sentido de su existencia. Al largo de la obra observamos que Andrea, la protagonista, se siente sola.

Nada, se divide en tres partes, una estructura típica de la narración: introducción, nudo, desarrollo. En la primera parte, de octubre a febrero, Andrea llega a Barcelona, y establece diferentes sucesos y relaciones con sus familiares. Se introducen el tiempo, el lugar y los personajes de la obra. Esta parte termina con la marcha de su tía Augustias a un convento. En la segunda parte, se destaca la vida universitaria y social de la protagonista, que acaba siendo un fracaso. Y finalmente, en la tercera parte, se unen los mundos de la calle Aribau, su familia, y el de sus amistades a través de la relación de Román y la madre de Ena, y finaliza con la marcha de Andrea a Madrid. Esta división de la obra en tres partes no es casual, sino que corresponde a las etapas por las que atraviesa Andrea en su lucha para alcanzar la independencia.

El estilo de la obra es sencillo y sobrio, lo que permite adentrarse fácilmente en la historia y sentir la misma decepción que siente Andrea a medida que avanza el relato. Nada, escrita en primera persona, destaca por su lenguaje coloquial, típico de los personajes de la época. Pese al lenguaje coloquial la obra no está para nada poco trabajada. La autora utiliza símbolos líricos y una gran cantidad de adjetivos que dan a Nada un toque poético, y ayudan a ilustrar mejor los ambientes y las escenas.

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