Narración de una experiencia en tu trabajo o tu vida diaria en el que consideres fuiste creativo y el resultado fue satisfactorio

Narración de una experiencia en tu trabajo o tu vida diaria en el que consideres fuiste creativo y el resultado fue satisfactorio

1. Mi vivencia y enfrentamiento con una experiencia concreta es,

Siempre he sido, como la mayoría de las personas en este mundo, ensimismado, ególatra un poco (eso creía), con buen carácter, amigable, con mi vida entre el trabajo y mi familia, buena persona, preocupado de lo que pasa en las redes sociales, en los medios de comunicación, en fin, como la mayoría de nosotros.   Hasta que un buen día la vida me hizo voltear hacia un lado que no había querido ver, aún y cuando siempre estuvo frente a mí, ya se darán cuenta si no.  Perdón, todavía no me presento, como les decía anteriormente ensimismado con mi cotidianidad, que ni siquiera les he dicho quién soy; mi nombre es “Ignacio”, aunque la mayoría me dice Nacho.

1. Mi observación reflexiva sobre el carácter de tal experiencia trata de

Siempre con el tiempo contado, de casa al trabajo, y viceversa, sin este, para pensar en tantas y tan importantes cosas que en realidad valen la pena, me he pasado estos últimos años, esto nos hace un tanto egoístas, ¿no cree?, aunque por lo general no lo vemos.  Mi jefe, con quien dicho de paso siempre he tenido muy buena relación, me invitó a encabezar una actividad, fuera el trabajo de labor social. Primero pensé ¡oh no mi tiempo libre, lo tendré que utilizar para esto! Esto recortará mi tiempo de asueto con el que cuento, en fin, a regañadientes, me puse a buscar instituciones que pudiéramos visitar para llevar a cabo alguna labor social.  No sé qué fue, pero el destino me llevó a encontrar la casa hogar “Creación y vida” en el poblado de las palomas, por el rumbo de “el sabinal”.  Ahí viven niños que son huérfanos, que mediante apoyo económico del gobierno y bienhechores sobreviven económicamente.  Programé una visita con demás compañeros que voluntariamente quisieran acompañarnos, para llevarles algo de despensa, juguetes, refrigerio y convivir con ellos.  Y henos ahí, aquel sábado estábamos tocando a su puerta para poder hacer nuestra labor y ver qué pasaba.

1. Mis conceptos, ideas y teorías para la acción que lleven a soluciones son

La llegada fue sencilla, nos recibió la encargada del lugar y nos dispusimos a comenzar con actividades que llevábamos preparadas, algunos juegos de mesa, juegos infantiles tradicionales, partidito de futbol, etc., y nuestro primer encuentro con los niños estaba por comenzar.  Salieron ellos, unos más ágiles que otros, unos cuantos, corriendo, algunos otros con más calma, pero todos con un común denominador, nos ofrecían unas grandes, sinceras, hermosas y honestas sonrisas, que en mi caso comenzaron a desarmarme. Dio inicio el juego y conforme íbamos avanzando en la actividad, ya me sabía el nombre de los que estaban en mi dinámica, (que Lupita era la tímida, que Daniela la intrépida, que Oziel el peque), había pequeños de todas las edades, entre los 2 y los 13 añitos, todos ellos ávidos de atención, de actividades lúdicas, de pertenecer.  “Acho”, sin poder decir bien “Nacho”, me dijo Oziel un pequeñín de apenas 2 años y meses, que me alzaba sus bracitos para que lo cargara, sin pensarlo lo tomé y alcé en vuelo para estrecharlo en mis brazos, mis piernas temblaron, sentí una punzada profunda en mi estómago, y algo en ese momento hurgó dentro de mí y de golpe sacó mis instintos paternales, que hasta entonces estaban muy escondidos.  Recordé lo importante que para mí habían sido mis papas, y como por un rato, que no estuviera uno de ellos, cuando tenía su edad y todavía mayor, era un infierno para mí. ¿Cómo es que podemos ser tan egoístas y pensar únicamente en lo que nos importa a nosotros? ¿Por qué no ver a estos seres que nos piden a gritos amor, atención, ternura? ¿Por qué en vez de gastar tiempo con ellos, preferimos hacerlo en redes sociales, televisión y demás medios?  ¿Dónde está nuestra esencia de humanos que decimos ser?  Me di cuenta, que ellos más que necesidades económicas, las que necesitan cubrir son las afectivas, que yo podía darles tanto con tan poco, que el poco tiempo que gastaba con ellos, era valorado como un tesoro por los pequeñines.  

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