ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Notas


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  521 Palabras (3 Páginas)  •  203 Visitas

Página 1 de 3

NOTAS

Un tercio, o regimiento de infantería, se componía de tres escuadrones de cuatro compañías cada uno. Cada compañía era dirigida por un capitán. El tercio lo dirigía un maestre de campo, pero en su ausencia asumía las funciones el capitán más antiguo, que recibía el nombre de cabo del tercio. "Negar" tiene aquí el sentido de "rehusar". Sigue el lenguaje militar, ahora con el doble sentido de "compañía". El extranjero no pudo rehusar la compañía que se le ofrecía en tal tercio ni el hospedaje que se le ofrecía en la noble ocasión de unas bodas. "Librar" es un término bancario: un pagador (librador) libra una cantidad en un banco o fiador solvente (el librado), que la abona al destinatario. En sentido figurado, librar A en B es dar A por medio de, o a través de, B. En el lenguaje del canto se llaman "pasos" a los trinos o inflexiones de la voz. Los palios eran las cintas de terciopelo u otro tejido que se otorgaba a los vencedores de las pruebas a modo de premio.

verde muro de aquel lugar pequeño que se ve a pesar de esos arboles. Sigue conmigo la femenil tropa: verás [como] curioso y honrarás [como] testigo el lugar de nuestros labradores, que tus paños me dan mayores señas de tu calidad que del océano, o falta razón donde sobran años. El extranjero agradecido mal pudo negar tal compañía en tal tercio y tal hospedaje en ocasión tan noble. Pisan alegres la que, si [bien] no era [una] calle de arboles con dura corteza y [una] carrera de álamos, [a pesar de ello] el fresco ruido de los suaves vientos [y] el denso color de los árboles ponen en duda cuál hacía mayor guerra al calor o resistencia al día. Tejiendo coros, alternando voces, la dulce escuadra montañesa sigue el paso lento del arroyo perezoso, en cuanto, entre los arboles robustos que besa, él hurta blando pedazos de cristal que el movimiento libra en la falda [y] ella en el calzado, ya [al mismo tiempo] que celosa basa de la columna bella, dispensadora del cristal no escasa. Sirenas de los montes su canto adorado, el menor paso de su pie o su garganta hiciera dar pasos a la antigua planta que menos pudiera temer ruina o sospechar fracaso del viento. Pintadas aves, instrumentos de pluma, coronaban la bárbara capilla, mientras el arroyuelo, para oírla, hace tantas orejas de blanca espuma cuantas legumbres lava de[sde] donde es fuente [hasta] donde acaba [como] arroyo. Los serranos se adoptan vencedores los premios consignados [para] otro día, ya al formidable salto, ya a la ardiente lucha, ya a la carrera polvorosa: el menos ágil desafía él solo [a] cuantos comarcanos convoca el caso, consagrando los palios a su esposa, que hace beber a mucha[s] fresca[s] rosa[s] el sudor de su frente, mayor aún del que espera en la lucha, en el salto, en la carrera. Un círculo espacioso hacía [de] centro agradable a más caminos, bien de pobos, bien de alisos, que [a] rayos

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (3 Kb)
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com