Novela ejemplo

Prólogo

Salió corriendo del pasillo, con las mejillas mojadas, sollozando sin parar, el sonido de su agitación inundaba el corredor, no quería nada más que salir corriendo de allí, correr y ser libre de todo el dolor que la aprisiona. Esa sensación de que todo ha salido mal y que no tiene remedio, ese momento en el que sólo corres sin pensar en más que escapar, eso era lo que sentía en ese instante Alexa. Corría sin hacer más que llorar. Llegó al parque “lumière” que se encontraba ahí cerca, se sentó en una banca, secó sus lágrimas y suspiró.

— . ¿Qué he hecho para merecer esto?, ¿Cómo fue que llegue hasta aquí?, — dijo tratando de consolarse a sí misma, agachando la mirada como sólo ella sabe hacerlo: cerrando los ojos, mordiendo su labio inferior y acomodando su cabello castaño. Sintiéndose estúpida por todo lo que había hecho, queriendo volver el tiempo atrás para no cometer tantos errores y nunca haber llegado a ese lugar que sólo le causó molestias.

El día parecía no ayudarla pues el cielo estaba nublado y el suelo húmedo, aunque a ella le encantaba que los días fueran así, la situación lo volvía triste. Mirándose en un charco de agua que se encontraba a sus pies se puso a pensar y se preguntó a sí misma, “¿Por qué todo salió tan mal si parecía tan buena idea volverme alguien más?”. Alexa cerró los ojos, le vino a la mente su querida madre, Catherine Leblanc, ella le había dicho a Alexa que las personas hacen locuras por amor pero lo que Alexa había hecho era una estupidez, si al principio ella sabía a lo que se enfrentaba entonces ¿Por qué lloraba?

Entonces Alexa decidió tranquilizarse y se puso a recordar todo lo que había pasado, aunque sabía que no se arreglaría nada por lo menos comprendería su error. Tenía que recordar desde donde había comenzado todo: su hogar (en Marsella) era el lugar donde debía iniciar. Su madre y ella discutían, ahora se arrepiente de haberlo hecho.

— . ¡Por dios madre!— dijo Alexa enojada y gritando. — algún día tenía que pasar esto.

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