Orientaciones Para A Actuar Con Niños Violentos
Enviado por psicovivi • 24 de Mayo de 2013 • 706 Palabras (3 Páginas) • 289 Visitas
ORIENTACIONES PARA ACTUAR CON NIÑOS VIOLENTOS
Se ofrecen a continuación unas recomendaciones generales sobre el manejo de la conducta
violenta que presentan algunos niños. Estas guías pueden ser útiles para padres, maestros y
otros adultos que tengan que relacionarse con niños con esta característica.
ESTABLECER LAS REGLAS
Es fundamental establecer las reglas de conducta de una forma clara, específica y concreta. Si
no se establecen los límites de la conducta y no se define lo que se puede y lo que no se puede
hacer, mal se ha de esperar que el niño se someta a un modelo determinado de
comportamiento.
Hay padres que olvidan que sus hijos, a igual que ellos y que todo ser humano, nacieron sin
noción alguna de cómo han de comportarse. Por lo tanto, desconocen la diferencia entre lo
permisible y lo inadmisible, entre lo obligatorio y lo optativo, entre lo elogiable y lo punible. Una
parte esencial de la misión de padres y madres es enseñar a los hijos las normas que rigen el
comportamiento. El conocimiento de las "reglas del juego" les puede permitir a estos
desenvolverse adecuadamente en los ambientes y situaciones por los que tengan que pasar a
lo largo de sus vidas.
Los niños con tendencia a reaccionar violentamente ante las contrariedades necesitan aún más
que otros conocer lo que se espera de ellos y cómo han de comportarse. El primer paso que
hay que dar para tratar de modificar su conducta es establecer tan claramente como sea
posible las reglas de conducta que deben seguir. Y se les deben repetir todas las veces que
sea necesario, especialmente cuando se les reprende por haber transgredido alguna de ellas.
RESPETO Y CALMA
Cuando nos dirijamos a un niño con problema de conducta violenta, es necesario hablarle con
respeto. Respeto por su condición de persona y su dignidad humana.¿Cómo se le puede exigir
respeto a quien no se está tratando con respeto? Se le ha de señalar la falta cometida, pero sin
ofenderlo o humillarlo. Hablarle de esta forma no sólo allana el camino para que tome
conciencia de la falta que ha cometido, sino que le provee un modelo de conducta aceptable.
O sea, al rehuir nuestra propia violencia, le estamos presentando la forma de comportamiento
que le resulta extraña y que tanta dificultad le cuesta adoptar.
Hablar con respeto implica hablar con calma. Una de las mayores dificultades que tienen una
buena cantidad de adultos para manejar situaciones conflictivas con niños opositores y
violentos es controlar su propio coraje. Por fácil o difícil de lograr que sea esto, es una realidad
que la comunicación requiere de calma y autocontrol. Y la calma excluye el coraje. Por otra
parte, el adulto
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