PRIMER CAPÍTULO - LA HERIDA- RESUMEN
Enviado por Lizzi98 • 25 de Marzo de 2016 • Reseña • 381 Palabras (2 Páginas) • 387 Visitas
LA HERIDA
El primer capítulo del libro ‘’Ignacio nunca solo’’ trata un tema muy importante en la vida de él. En el inicio de este capítulo, Ignacio se siente humillado, la bala de cañón en su pierna, dos soldados cargándolo, y toda su vida resumida en dolor, confusión y decepción al saber que todos sus sueños de gloria, estaban lejos de cumplirse; se sentía incompleto, incapaz de poder recuperar todo aquello que había logrado hasta ese momento.
Al saber que debe recuperarse de su herida en la pierna y en su persona, está camino al hogar familiar, de la torre en el valle de Azpetia; ese hogar que lo vio crecer. Recordando esto, supo que era un hombre que había fracasado, por lo mismo se sintió más humillado y sin orgullo. Ese hogar que dejó para ser alguien importante en el futuro, era el lugar donde se sentiría la persona más inútil y con el mayor fracaso de todos, no haber logrado algo importante en su vida.
De pequeño, sabiendo que era el menor de todos sus hermanos, tenía que pensar que haría el resto de su vida. Tres caminos, tres opciones de las cuales, una de ellas lo llevaría a ser un hombre de éxito.
El primer camino fue el eclesiástico, un camino religioso, no se puede decir que él lo siguiera directamente ya que se menciona que se inclinó por lo clerical. Era la opción más fácil para el hijo menor de una familia en aquél tiempo. Siendo joven no le intereso la idea de seguir ese camino a pesar de ser religioso.
El segundo camino fue el cortesano, un camino muy conveniente ya que su familia tenía acceso a las grandes cortes. Sabiendo que podía tener éxito en ese camino, se imaginó que podía conquistar cualquier corte en el mundo.
El tercer camino fue el militar, donde se volvió capitán del ejército y le sucedió esta tragedia.
En sus recuerdos, regresó a la realidad, con una pierna herida, un orgullo deshecho y un futuro incierto; Íñigo de Loyola (Ignacio) pensando que su batalla había terminado; estaba consiente que le tocaba otra dura batalla, no solo para obtener sanación a su rodilla, sino que se acercaba una batalla contra sí mismo, que era la que más le asustaba.
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