Papelucho Y Su Hermana Ji
Enviado por stabros • 22 de Marzo de 2014 • 2.578 Palabras (11 Páginas) • 520 Visitas
Antes, cuando era chico yo quería tener una hermana menor, para poder mandarla. Pero ahora que la tengo, me arrepiento.
Resulta que en vez de poderla mandar, tengo que llevarme todo el día haciéndola aparecer. Porque mi hermana ji es lo más desaparecida que hay, y también es creída. Y cuando no se cree la caperucita roja, se cree la bella durmiente y estrepitosamente se desaparece. Entonces a la mamá ni siquiera le importa que yo tal vez voy a hacer una tarea, sino que me implora que la busque.
Que la busque la Domi digo. Nunca la encuentra ... por favor papelucho, que voy a enloquecer. Es que iba a hacer las tareas.
Las haces después, mi lindo y asoma lagrimones. Papelucho déjate de sermones y busca a tu hermana. No puede estar muy lejos. Estaba aquí hace un momento.
Dónde podrá estar decía mi mamá. Tal vez en el balcón le dije.
Dime papelucho¿ por qué pensaste que la niña estaría n el balcón?. Porque antes yo había dicho “ tengo una idea”
¿Y eso que tiene que ver con el balcón?
Ella cree que las ideas andan por el aire, y seguramente le dieron ganas de tener también una.
Realmente tú eres para mí una gran ayuda con esta criatura dijo mamá.
Yo me sentí feliz de ver que uno puede ayudar a la madre de uno, pero a la ji le dio conmigo. Mientras comía los porotos me decía que yo era un ogro y que cada porto era un niñito y yo me los comía con camiseta y todo. Ella ni los probó, y entonces le trajeron un huevo a la copa.
Y eso es lo que la mamá no se da cuenta, que le da el gusto en todo. Así que yo le dije a la ji:
-Si los porotos son niñitos, tu huevo es una princesa rubia y tú eres la mala bruja que se la va a comer.
-Y para que veas que no soy una bruja, pongo a mi princesita en las flores y dicho y hecho, vació el huevo en el florero del comedor.
La mamá se enojó mucho y me reto. ¡Papelucho, ya dejaste a la niña sin comer!
-¿Yo la dejé sin comer?
-¿Y quién otro? Decirle que era una bruja si se comía el huevo...
-Mamá la estoy educando.
-Dejar a un niño sin comer es criminal.
-No he dicho eso. Dije que dejarla sin comer es criminal. Y tampoco eres tú el llamado a educarla. Eres solamente su guardián. Guardián. Antes me parecía como un honor, pero ahora la palabra me retumba en la cabeza. Por eso me fui a acostar.
Apenitas me había dormido, sentí la voz de la mamá.
-Papelucho, despierta, por favor.
-Hijito , siento mucho tener que despertarte... me remeció suavecito, pero no desperté. Llegó el papá, encendió la luz y me tiró las ropas para atrás.
Papelucho, ¡despierta! Ordenó. Y desperté.
-Tú hermana se ha perdido. La hemos buscado en todas partes y no creo que tú puedas seguir durmiendo si sabes que no se encuentra.
Me senté en la cama tratando de abrir los ojos a la luz.
Me levanté y salí a la calle y, ellos me seguían. Di vuelta a la manzana entera. Di otra vuelta y empezaba a dar otra más cuando el papá me pescó de la oreja.
¿Que pretendes con esta ridiculez?
Estoy pensando dónde debo buscarla. No tengo pista.
¡Caramba! ¿ Y qué has pensado?. Muchas cosas. He pensado que si la ji tiene hambre, podría estar comiendo en alguna parte. Si sigue con la idea de que los porotos son niñitos, se habrá llevado el tarro de porotos muy lejos, para librarlos de la olla.
Si se cree princesa de algún cuento, ¿ Dónde podrá estar? En algún palacio de cristal o en un castillo de flores...
Bueno y ahí estaba, la bella durmiente, echada encima de los pensamientos. Pero al menos se dieron cuenta de que es difícil pensar y la mamá me abrazó...
¡Que haríamos sin ti! Eres admirable.
¿ Usted me encuentra admirable?. Sí hijo y así, nos fuimos a casa y pudimos dormir tranquilos.
Debido a las escapadas de la ji el papá y la mamá decidieron ponerle llave a la puerta, porque creen que es la única forma que no se pierda.
Resulta que esta mañana amaneció la puerta con llave, pero la llave se había perdido y también la ji.
Todos habíamos quedado encerrados en la casa, menos ellos dos.
Pero es que no es posible lloraba mamá llamando a la ferretería por teléfono, la llave no estaba al alcance de la niña... mande por favor un cerrajero.
El papá llamaba a su oficina y decía que un “asunto” lo haría llegar tarde.
Por fin, cuando llegó el famoso cerrajero, había dos colas de gente en la puerta de mi casa..En la de adentro estaba primero el papá, la mamá, el cartero, el basurero, la Domi y yo, y en la de afuera, detrás del cerrajero estaba el almacenero, un carabinero, siete curiosos y más atrás la ji, se me acercó y me dijo:
Toma te tarje un regalo... me metió en la mano una cosita caliente. Era la dichosa llave. Si la mamá me la veía en la mano, capaz que me echara la culpa a mí... Así que con harto disimulo la tiré a la calle, y volví a entrar.
Hoy era el día de la madre y yo no le tenía regalo. Así que decidí regalarle mi comedia representada por la ji y el jolly y aprovechamos ella había salido a comprar una torta para preparar todo. La ji y el jolly se aprendieron al tiro sus papeles. Lo único difícil era el escenario, por eso lo dejamos para el último. Hicimos unos cartelones grandes pintados con el rouge de la mamá y los clavamos en la puerta y decía así:
-Hoy gran premiére a beneficio de la señora Jimena Sotovela ¡Aquí!.
El jolly hizo los programas con papel confort, y la ji vendía las entradas. A las siete estaba todo listo.
-Mamá, muy feliz día. Le tenemos una sorpresa ¡ Una función de teatro!
-¿A sí? Vi el letrero. A las diez llegaron la mamá de jolly y la empleada.
-Mamá va a empezar la función y luego de un rato empezó la función en el cuarto de baño, la tina estaba porque era el mar.
Encendí la luz y corrí el telón.
No sé lo que pasó la ji y el jolly, que estaban en alta mar estaban mojados el jolly se equivocó y dijo las palabras de la ji y a la ji le dio por estornudar. Total nadie entendió nada y la mamá me reto porque a la ji le dio fiebre. Yo pienso que esto debe ser lo que llaman desengaños de la vida. Uno quiere hacer una sorpresa feliz para otro, y ese otro lo reta a uno.
Cuando uno está en el colegio y además tiene una hermana chica que aparecer, ni hay tiempo de escribir. Apenitas los días de fiesta. Hoy fue un domingo medio trágico. El papá y la mamá salieron a misa y no volvieron. A la hora del almuerzo la Domi dijo:
Con la de accidentes que pasan
...