Parque Luro

El parque Luro

El parque Luro, ubicado a treinta y cinco kilómetros de Santa Rosa de La Pampa, se ha convertido en una reserva natural en la que hoy es posible presenciar el apareamiento de los ciervos colorados. Los orígenes de este escenario salvaje se hallan ligados a la Campaña del Desierto llevada a cabo por el Dr. Julio Argentino Roca. Este monte de caldenes de ciento ochenta mil hectáreas fue la parcela que le había tocado en suerte en el reparto a don Ataliva Roca, hermano del presidente, y que luego distribuyera entre sus descendientes.

En los albores del siglo XX, el doctor Luro, yerno de don Ataliva, erigió allí el establecimiento San Huberto, un lugar organizado para que la familia disfrutara de una estadía placentera sólo dos meses por año. Éste supo ser el coto de caza más grande del mundo y el primero del país, al que asistían expertos cazadores atraídos por los exóticos animales de raza que la familia Luro coleccionaba, por ejemplo el ciervo real, el faisán dorado, etc.

Hoy, sigue siendo tan atrayente como entonces. Con la luna en cuarto creciente, con paso sigiloso y en silencio, se puede arribar a lugares estratégicos para el avistaje de los apareamientos.

A mediados de marzo, el bramido de los ciervos en pugna quiebra el silencio pampeano. Cada macho adulto busca su harén, compuesto por quince o dieciséis hembras en edad de procrear, a las que les es fiel año tras año y por las que lucha hasta obtenerlas. El suelo vibra con la estampida de los reyes del monte, el aire huele ácido y la naturaleza marca el calendario biológico. La reserva se convierte en un espacio mágico, en el cual es posible participar del cautivante momento en que el ciervo rojo desplegará toda su bravura para perpetuar la especie.

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