Pensamientos de un loco atormentado

Hoy acudo a ti, no sé cuánto tiempo quede este sentimiento de dentro de mi, que existe pero no lo percibo, que esta roto pero sin ningún causante de su ruptura ¿Quien soy?

Acaso soy un jarrón que vino roto e inútil desde su moldeado? O soy un desastre que se causó a sí mismo?.

Solo veo las demás cuerpos de luz, emanando chispas de perfección. Mientras yo soy la triste sombra de sus cuerpos, sólo soy la sobras que se reflejan en la pared

Todos pueden, menos ese minúsculo niño con anhelos de grandeza, que mira a los demás con ojos de principiante y siente sus aventuras con corazón de un soñador. Ese niño mira lo que no puede poseer, mira a su alrededor con una mirada triste, con una lágrima que lleva adherida siempre a su mejilla, es ese infante minúsculo que aspira a ser grande en un mundo de gigantes. Ve a los demás y piensa que podrá ser algún día la quinta parte de lo que ve, pero no es así, solo es un inútil soñador que se pasó de la raya poniéndose unas alas gigantes que ni el mismo puede llevar

Es un niño, pero es un niño tan viejo por dentro debido a la falta de las ganas de seguir viviendo, que no puede con los dolores de la muerte.

Escribo esto para sentir, para inspirarme y para sentir que pertenezco por lo menos a un block de notas

Capítulo II

Que triste, que el potencial esté limitado por su dueño. Que triste que ese dueño sea consciente del potencial y aún así haga caso o miso deL mismo, provocando que ese potencial se pudra en lo más profundo de su ser.

Que asco que ni para criticarme puedo expresarlo bien, que triste que yo sea mi límite, QUE TRISTE QUE YO SEA MI PRISIÓN Y YO SEA MI PROPIA LLAVE PARA MI LIBERTAD, que triste es ser un mediocre, que triste es habitar me. Que triste es tener que recorrer día a día esta mente defectuosa que no es capaz de salir de su miseria, recorrer mis manos llenas de habilidades pero, encadenadas porque así lo deciden.

Que triste es vivir en un terror constante, y que yo sea el causante de ese terror

Que triste es ser la enfermedad y la cura

Que triste

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