Poema Costumbrista

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Casas moriscas, patios con jazmines,

naranjos, flores, búcaros y fuentes,

antorchas en girándulas lucientes,

que alumbran por cancelas los jardines.

Damas entre damascos y cojines,

refrescando al ventalle los ambientes

y guardando en las rejas impacientes

citas, lances con nobles paladines.

Músicas por las calles y veladas;

Guadalquivir que, manso, lejos brilla,

la flota y la Giralda iluminadas.

Soldado, abad, buscona, gitanilla;

escalas en balcón, reñir de espadas,

esta es Babel de amor, esta es Sevilla.

CAPÍTULO I

La posada de Mal-Abrigo

Don Demóstenes llega junto con su criado José su caballo y su perro Ayacucho a una parroquia de la Sabana de Bogotá, buscando posada para pasar la noche. Llega a la “Posada de Mal Abrigo”, en donde es atendido por Rosa, la casera de la posada, esta le cuenta todo sobre la Parroquia y le advierte que se tiene que cuidar de Don Tadeo, el “gamonal” del pueblo, ahí es donde don Demóstenes se entera por primera vez sobre la existencia de Manuela, una hermosa joven campesina, de espíritu alegre, de buen corazón y san de sentimientos y costumbres.

Al día siguiente se va de la posada y antes de salir escribe en su libreta: 5 de Mayo, posada de mal abrigo.

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