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Poemas Infantiles


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  2.351 Palabras (10 Páginas)  •  391 Visitas

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Gabriela Mistral

(1889-1957)

Seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, poetisa y diplomática chilena, que con su seudónimo literario quiso demostrar su admiración por los poetas Gabriele D’Annunzio y Frédéric Mistral.

Obtuvo en 1945 el Premio Nóbel de Literatura, reconocimiento que se daba por primera vez a las letras latinoamericanas.

Nació el 7 de Abril de 1889 en la ciudad de Vicuña en la cuarta región.

EL ÁNGEL GUARDIÁN

Es verdad, no es un cuento;

hay un Ángel Guardián

que te toma y te lleva como el viento

y con los niños va por donde van.

Tiene cabellos suaves

que van en la venteada,

ojos dulces y graves

que te sosiegan con una mirada

y matan miedos dando claridad.

(No es un cuento, es verdad.)

Él tiene cuerpo, manos y pies de alas

y las seis alas vuelan o resbalan,

las seis te llevan de su aire batido

y lo mismo te llevan de dormido.

Hace más dulce la pulpa madura

que entre tus labios golosos estrujas;

rompe a la nuez su taimada envoltura

y es quien te libra de gnomos y brujas.

Es quien te ayuda a que cortes las rosas,

que están sentadas en trampas de espinas,

el que te pasa las aguas mañosas

y el que te sube las cuestas más pinas.

Y aunque camine contigo apareado,

como la guinda y la guinda bermeja,

cuando su seña te pone el pecado

recoge tu alma y el cuerpo te deja.

Es verdad, no es un cuento:

hay un Ángel Guardián

que te toma y te lleva como el viento

y con los niños va por donde van.

CORDERITO

Corderito mío,

suavidad callada:

mi pecho es tu gruta

de musgo afelpada.

Carnecita blanca,

tajada de luna:

lo he olvidado todo

por hacerme cuna.

Me olvidé del mundo

y de mí no siento

más que el pecho vivo

con que te sustento.

Y sé de mí sólo

que en mí te recuestas.

Tu fiesta, hijo mío,

apagó las fiestas.

LA PAJITA

Ésta que era una niña de cera;

pero no era una niña de cera,

era una gavilla parada en la era.

Pero no era una gavilla

sino la flor tiesa de la maravilla.

Tampoco era la flor sino que era

un rayito de sol pegado a la vidriera.

No era un rayito de sol siquiera:

una pajita dentro de mis ojitos era.

¡Alléguense a mirar cómo he perdido entera,

en este lagrimón, mi fiesta verdadera!

CANCIÓN

La señora luna

le pidió al naranjo

un vestido verde

y un velillo blanco.

La señora luna

se quiere casar

con un pajarito

de plata y coral.

Duérmete mi niña

e irás a la boda

peinada de moño

y en traje de cola.

TODO ES RONDA

Los astros son ronda de niños,

jugando la tierra a espiar...

Los trigos son talles de niñas

jugando a ondular..., a ondular...

Los ríos son rondas de niños

jugando a encontrarse en el mar...

Las olas son rondas de niñas,

jugando la tierra a abrazar...

LA MADRE TRISTE

Duerme, duerme, dueño mío,

sin zozobra, sin temor,

aunque no se duerma mi alma,

aunque no descanse yo.

Duerme, duerme y en la noche

seas tú menos rumor

que la hoja de la hierba,

que la seda del vellón.

Duerma en ti la carne mía,

mi zozobra, mi temblor.

En ti ciérrense mis ojos:

¡duerma en ti mi corazón!

¡DUERME APEGADO A MI!

Velloncito de mi carne

que en mi entraño yo tejí,

velloncito tembloroso,

¡duerme apegado a mi!

La perdiz duerme en el trigo

escuchándolo latir.

No te turben mis alientos:

¡duerme apegado a mi!

Yerbecita temblorosa

asombrada de vivir,

no resbales de mi brazo:

¡duerme apegado a mi!

Yo que todo lo he perdido,

ahora tiemblo hasta al dormir.

No resbales de mi pecho:

¡duerme apegado a mi!

DEVUELTO

A la cara de mi hijo

que duerme, bajan

arenas de las dunas,

flor de la caña

y la espuma que vuela

de la cascada...

Y es sueño nada más

cuanto le baja;

sueño cae a su boca,

sueño a su espalda,

y me roban su cuerpo

junto con su alma.

Y así lo van cubriendo

con tanta maña,

que en la noche no tengo

hijo ni nada,

madre ciega de sombra,

madre robada.

Hasta que el sol bendito

al fin lo baña:

me lo devuelve en linda

fruta mondada

¡y me lo pone entero

sobre la falda!

ME TUVISTE

Duérmete, mi niño,

duérmete sonriendo,

que es la ronda de astros

quien te va meciendo.

Gozaste la luz

y fuiste feliz.

Todo bien tuviste

al tenerme a mí.

Duérmete, mi niño,

duérmete sonriendo,

que es la Tierra amante

quien te va meciendo.

Miraste la ardiente

rosa carmesí.

Estrechaste al mundo:

me estrechaste a mí.

Duérmete, mi niño,

duérmete sonriendo,

que es Dios en la sombra

el que va meciendo.

Doña Primavera

Doña Primavera

viste que es primor,

de blanco, tal como

limonero en flor.

Salid a encontrarla

por esos caminos.

¡Va loca de soles

y loca de trinos!

Doña Primavera

de manos gloriosas,

haz que por la vida

derramemos rosas.

Rosas de alegría,

rosas de perdón,

...

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