Poesia De Vagabundos
Enviado por oskr09henao • 27 de Marzo de 2014 • 381 Palabras (2 Páginas) • 232 Visitas
Yo la besaba a ella cada vez que respondía
De manera positiva a mis propuestas,
Cada vez que asentía crudamente a mis caricias,
Cada vez que le producía un poco de lástima por necesitarla.
Y es que era un adicto de sus labios, a su forma de besar,
A su tímida y apasionada forma de besar.
Era masoquista por querer su extraña forma de querer,
Pero más masoquista era por seguir con el contrato,
Ese de palabra que habíamos firmado…
De no enamorarnos, de no ser nada, de no ser más
Que desconocidos con un amplio conocimiento.
Que mujer más extraña, que mujer más intrigante.
A veces quería dejarla pero había algo que me ataba,
Una mirada coqueta y un par de labios sensibles.
¡Maldición! Vaya que era débil,
Por no desistir ante sus encantos, por no liberarme
De esos ojos verdes, de esos pequeños y coquetos
Ojos verdes.
Pero lo que más me mataba
No era su momentánea indiferencia,
Era la duda de no saber si solo yo
Acariciaba esos tiernos labios y
Danzaba con esa lengua inquieta.
Pero por más fruncido que esté el corazón
Y por más yugo que haya en la garganta,
La respuesta era simple: no somos más
Que amigos jugando a un juego prohibido,
No somos más que amigos tentándose por instantes,
No somos más….
Aun sabiendo esto y comprendiendo
Que era víctima de mi propio invento,
A veces no soportaba la idea
De no ser el único dueño de su boca.
De no ser el que más quisiera.
Pero no podía dejarla, simplemente
No podía decir no más. A veces herido
No podía dejar de pensar en ella y curiosamente
Era mi primer pensamiento y el último de mi día.
Sabía que no estaba enamorado, pero
Si había algo más.
Al final nunca supe si ella me quería,
Si sentía afecto por quien yo era.
O si solo deseaba, así fría como algunas veces,
Los efímeros minutos en los que estábamos juntos.
Y nuestros labios entrelazados jugaban a tentarse,
A no sucumbir en medio del deseo ante el amor,
A no estrujar nuestro corazón, ese que a veces
Si quería gritar amor. Ese que lloraba en las noches tardías
Y que se sentía frío en la soledad del deseo.
Me voy de nuevo a la cama con la triste sensación
De que algo a mi día le ha hecho falta.
Sin embargo no sé si has sido tú, o una taza de café.
-Voy a mentirme y pensar que es el café.
...