Poesia Del Maestro Y La Madre
Enviado por solrac • 12 de Diciembre de 2011 • 311 Palabras (2 Páginas) • 771 Visitas
7 LETRAS QUE ENCIERRA TANTO
De quién aprendí mis primeras letras?
Quién me hizo ver que la educación
Se aprende de la familia y se alimenta
Con las reglas que el saber presenta?
Fue él, el a que le debo tanto,
Él, que demostró la paciencia infinita
De enseñarme mi primer vocablo...
Mis primeras líneas hechas a mano.
Me fue difícil aprender que debía siempre
Guardarte respeto como a mis padres,
Porque tu también formaste parte de mí
Me enseñaste a ser alguien de palabra.
Pero vi que en el proceso de aprendizaje
Gocé viendo, como poco a poco avanzaba
Como podía formar sola mis primeras letras
Como podía leerlas con fluidez y encanto.
Sí, el encanto de saber que podía volar
Por mis propias alas, sin necesitar cuidados
Gracias a tus enseñanzas aprendí, el valor
Que la sabiduría y el deber alcanzan...
Palabra de 7 letras que significa para mi tanto
Que encierra en mi corazón agradecimiento innato
Porque gracias a ti, soy un ser humano que piensa
Que enseña y que cada día aprende de la vida, algo...
Maestro que en 7 letras, aportas conocimiento,
Cariño para tus alumnos, para la humanidad,
Que te debe la gratitud, de darnos enseñanza
MADRE
Es una mujer que entrelazó sus
manos con las de un hombre para
formar entre ambos una cuna.
Madre
es una mujer que, si es ignorante,
descubre los secretos de la vida
con más acierto que un sabio, y si
es instruida, se acomoda como nadie
a la simplicidad de un niño.
Madre
es una mujer que, siendo vigorosa,
se estremece con el vagido de un bebé
y siendo débil, sabe revestirse a veces
con la bravura de un león.
Madre
es una mujer que tal vez enseña al hijo
pocas cosas, pero aquellas que le
enseña son las que marcan el sentido
de cuanto después aprende.
Madre
es una mujer, con un poder tan grande
que sólo ella, ella solamente, es
capaz de borrar de este planeta esa
triste figura que a todos impresiona
y que se llama "huérfano".
Madre
es una mujer con un destino y una vocación
tan ineludible que hasta el mismo Dios
quiso sentir la cálida emoción de tener
una madre.
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