Poesia: Mi hijo: ... Es maistrito de pueblo!
Enviado por • 9 de Mayo de 2015 • Informe • 906 Palabras (4 Páginas) • 263 Visitas
¡Que ya te dije que no
y tus caprichos no acepto!
aunque me dejes de hablar
aunque te sientas molesto.
Aunque me cuelgues la cara
y aunque me hagas sentimiento,
no he de darte mi permiso...
¡Antes, te lleno de cuero!
¡Tanto dinero gastado!
¡Tanto celo, tanto empeño!...
La Primaria, Secundaria
Prepa y Curso Propedéutico.
¡Tanta hablada de tu parte
con todos tus compañeros
diciendo: ... Que tú serías
Un profesionista bueno.
¡Que ibas para licenciado
o que si no,... Serías médico,
Contador, militar, Cura
político o ingeniero!
Y hoy que estás como chiflado
o loco te estás volviendo,
me sales de baboso té
con la idea de ser maestro.
¡Tanto dinero gastado!...
¡Tanto afán y tanto empeño!...
¡Tantas felicitaciones
de amigos y compañeros...
para que hoy... con gran cinismo
tú me digas... ya no quiero
llegar a ser burgués cursi
sino preciado maestro.
¿Qué, no te va a dar vergüenza
de rebajarte tan feo?...
¿qué no vas a sonrojarte
de bajar a tal empleo?
¿MAISTRITO?... ¡Qué grande cosa!
¡Qué dignidad!... ¡Qué talento!
¡Qué porvenir!... ¡Qué importancia!,
¡Qué prestigio!... ¡Qué abolengo!
MAISTRITO de Escuela... Un torpe
Que nada sabe de cierto.
Haragán, irresponsable,
vago, pobre... ¡Un majadero!
MAISTRITO... Sólo un don nadie...
Un vulgar vago de pueblo,
que va a organizar Plantones,
marchas, huelgas y jaleos.
Un flojo que sólo quiere
ganar dinero y dinero,
sin importarle los niños,
ni sentir el magisterio...
Que no venera a la Patria,
hombre ruin, politiquero,
pues para él sólo es valioso,
pasarla de mitotero.
Explíqueme..., licenciado...
Dígame usted, ingeniero...
¿Qué va a enseñarle a los niños?
¿Cómo va a orientar al pueblo?
¿Cómo va a exponer su clase
a los niños de primero?, si usted no sabe contar,
ni jugar ni estar contento;
ni sabe del trato amable
y menos contar un cuento;
y sólo sabe vestirse
más o menos de... ¿cirquero?
Muy sabihondo el hombrecito
que ni quebrados, ni enteros,
ni decimales, ni nada
¿sabe el señor embustero?
Con que... ¡Ya te dije que no!
Y no me siga moliendo...
Qué Normal, ni qué Normal...
No quiero que seas maestro.
Antes te llevo al ejido
para que seas jornalero,
pa’ que el sol te dé en el lomo
y te pongas fuerte y prieto.
Así me dijo mi padre
y, yo que mucho lo quiero,
bajé la frente y salí
diciéndole... Estoy de acuerdo...
Yo seré lo que usted diga;
en verdad,... se lo prometo.
Pero ya no esté enojado,
pues le hace daño... y me apeno.
Salí a la calle, vagué
por las calles y los huertos,
por el jardín, la placita,
por la iglesia y el colegio...
Miré a los peones cansados,
sudorosos, sin aliento,
poniendo sobre un papel,
sólo la huella del dedo.
Vi a las mujeres descalzas,
cargando leña del cerro;
y vi niños, muchos niños,
hurgar en los basureros.
Recogí desesperado
a esa gente de mi pueblo...
a esas gentes sin fortuna,
sin redención ni consuelo.
Los metí en mi corazón,
en mi entraña, en mi cerebro;
les di Patria en mi conciencia
y me confundí con ellos.
Allí, frente aquellos niños;
frente a esos niños enfermos,
pensé que eran angelitos
despreciados por el cielo.
Miré que no tenían alas;
los miré casi sin cuerpo...
Ángeles sin un hogar,
sin virgen, sin Padre Nuestro.
Y pensé... Si me aferrara
a ser licenciado o médico,
contador, conferencista,
sacerdote
...