Posiciones sobre el sexismo en el lenguaje

Posiciones sobre el sexismo en el lenguaje

Introducción

La discriminación, en especial hacia la mujer, es un tema que ha acaparado distintas esferas de nuestra sociedad, mostrándose como un problema real y no tan solo un capricho. Es cosa de revisar portales informativos, noticias y televisión para encontrar una nueva agresión, o peor aún, femicidios cometidos por individuos enajenados. Una violencia que se manifiesta desde un “simple” piropo hasta el asesinato por celos. Uno de los círculos en los que se discute actualmente de esta materia, corresponde a la lingüística española, en dónde existen variadas posiciones con respecto a si el lenguaje es sexista, o no. En el presente documento se expondrán dos visiones encontradas: Ignacio Bosque, a través del artículo “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” y, por otra parte, Minoldo y Balián desde “La lengua degenerada”. La cuestión de fondo es si realmente se deben hacer modificaciones al lenguaje, para visibilizar a la mujer, y, si al hacerlo, tendrá repercusiones reales en el día a día.

Posturas de Ignacio Bosque, Sol Minoldo y Juan Balián, y personal

Ignacio Bosque, catedrático de lengua española, mediante un artículo publicado en el diario el País^[1], pone en entredicho el uso de ciertas guías que tienen como fin de instruir el no sexismo en el lenguaje cómo, por ejemplo, aconsejando el uso de ciertas normas. Bosque explicita su principal crítica a éstas: la no participación de lingüistas en su confección. Si bien las guías, que tienen la buena intención, buscan la visibilidad de la mujer en el lenguaje, la forma en que lo materializan, como explica el autor en el diario el País, es incorrecto debido a la confusión de relación entre género gramatical y sexo; automatizando el sexismo entre género gramatical masculino y su relación con el hombre, propiamente tal. Otro punto que aborda es qué al utilizar el desdoblamiento, o simple y llanamente, al optar por utilizar otras formas neutras para designar ciertas palabras no da una solución concreta a la premisa principal que es: “la visibilidad de la mujer” en la sociedad. Además, enfatiza que dichas guías proponen ciertas construcciones gramaticales alternativas con el noble fin de suprimir algunos artículos para evitar la masculinización de la frase; sin embargo, al utilizar ciertas variantes, el contenido y significado de la oración cambia completamente. También hace hincapié en que el uso de ciertos elementos como lo son: /, @, incluso el desdoblamiento, corresponden a recursos que atentan contra el fácil entendimiento y la lectura, la inexistencia de fonemas y la economía del lenguaje. El lenguaje no es la política de unos pocos, que se juntan a dirimir como si fuese el Congreso. El lenguaje es un organismo vivo que evoluciona por sí mismo.

Por otro lado, Sol Minoldo, socióloga, doctora en Ciencias Sociales, y editora en su sitio web de divulgación científica llamado: “El Gato y La Caja”; publicó un artículo, junto al escritor Juan Balián, titulado: “La Lengua Degenerada “^[2]. En dicho trabajo, argumentan que el sexismo en el lenguaje es real y se refleja en el uso de este. Exponen como los géneros gramaticales condicionan consciente o inconscientemente a los lectores; y, para ello, se apoyan en diversos estudios que se han realizado con respecto al tema. Dentro de las premisas que comparten en el artículo, sale a relucir lo siguiente: “el género del castellano tiene siempre una carga sexuada, aunque remita a simples objetos”; para darle más énfasis a lo expuesto, los autores se remiten a mencionar un estudio, del cual se puede concluir que las palabras caen en la subjetividad que tienen los hablantes de interpretar el “aura” de las mismas, para así asignarles mayor o menor carga sexista. Minoldo y Balián llegan a concluir que utilizar ciertos elementos, como lo son: el desdoblamiento en el lenguaje (el/la, nuestros/nuestras, etc) o reemplazar vocales, que dejan su carga sexista, por @ o x; no son viables en materia gramatical, principalmente por su dificultad al leer y la imposibilidad de pronunciar. La solución que proponen para terminar con el sexismo, y a la vez dejar de naturalizarlo, es hacer uso de la E con el objetivo de crear un “genuino” género neutro.

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