Prólogo a la edición mexicana
Enviado por calabera • 22 de Junio de 2013 • Tesis • 1.321 Palabras (6 Páginas) • 239 Visitas
Prólogo a la edición mexicana
Desde principios de los años ochenta establecí que los programas escolares
posibilitan una articulación entre el campo del currículum y el
ámbito de la didáctica. Esta afirmación ha venido orientando los
desarrollos conceptuales que he realizado sobre este tema. En el fondo, se
trata de una trama que tiene un siglo de conformación y que en pocas
ocasiones nos detenemos a dilucidar.
Varias cuestiones es necesario tener presente. En primer término, la
conformación de la institución escolar que conocemos (la escuela del
Estado nacional) fue el resultado de las legislaciones que se establecieron
inicialmente en Europa a mediados del siglo XIX, por medio de las cuales
se establecía la obligatoriedad, gratuidad y laicidad de la educación. Pero en
el fondo se establecía el sistema educativo y se normaba su funcionamiento.
En ese contexto la didáctica desarrollada entre los siglos XVII y
XVIII necesitaba de nuevas formulaciones. Pero la didáctica (una
disciplina por antonomasia del y para el docente) concebía la tarea
educativa como un acontecimiento que sucede al interior del aula, en una
relación entre el maestro (en singular) y el alumno, sin tomar en
consideración ningún otro elemento adicional. A ello habría que añadir la
Revolución industrial desarrollada a lo largo del siglo XIX, que no sólo
incorporaría la máquina para reemplazar la fuerza humana, sino que sería la
base de la creación de ciudades en torno a la fábrica como centro de
producción. Todo ello originó una serie de cambios radicales en la vida
familiar y social.
La estructura epistémica de la didáctica no permitía (y probablemente
tampoco permite ahora) ofrecer una respuesta a esta situación. En parte
por ello, los saberes didácticos, junto con los saberes pedagógicos, son
ampliamente despreciados e ignorados en la actual era de reformas en pro
de la calidad. Los especialistas vinculados a la política educativa festejan
que en la actualidad se den a conocer los resultados que nuestros alumnos
obtienen en las pruebas internacionales, nadie trabaja por entender qué
significan esos resultados, ni mucho menos por establecer estrategias
didácticas y pedagógicas, para modificar los sistemas de aprendizaje de
los estudiantes. Es como si lleváramos un automóvil a un taller para que la
computadora detectara electrónicamente sus fallas, y con ese reporte se
fuera a un segundo taller a hacer lo mismo, y así a un tercero, cuarto, etc.
Y como si el dueño del automóvil se extrañara de que en todos los talleres
se detectara la misma falla. No basta con señalar la falla, es necesario
identificar su origen y realizar acciones para eliminarla.
La didáctica no daba las respuestas que requería la educación del ser
humano de cara a la industrialización y en el proceso de conformación de
los sistemas educativos. Esta es la razón por la cual, en el marco del
pragmatismo estadounidense se conforma una nueva disciplina (no un
nuevo vocablo, pues este existía también desde el siglo XVI), el campo del
currículum. Si la didáctica atendía los intereses del docente, el currículum
se abocaría a analizar los intereses de la institución educativa (del sistema
educativo y del sistema escolar). Reemplazaría los saberes del humanismo
clásico y moderno que son la base del pensamiento didáctico, por saberes
vinculados al pensamiento pragmático. Recordemos que Bobbit en el
prólogo de su libro The curriculum (1918) planteaba una discusión entre un
aprendizaje enciclopédico (sólo para saber) y un aprendizaje útil para
resolver los problemas que a un ciudadano se le presentan en el mundo
cotidiano, mientras que en el capítulo seis, el que denomina «construcción
científica de un currículum», establece que cuando se quiere formar a un
agrónomo, es necesario ir a preguntarles a los que contratan agrónomos
para qué los contratan y, una vez que se tenga claro para qué se les
contrata, entonces proceder a revisar si el proyecto de formación en los
planes de estudios incluye esas habilidades.
De esta manera la teoría curricular responde a varios elementos: a) a
una perspectiva pragmática de formar al hombre para ejercer su ciudadanía,
para un desempeño democrático, para incorporarse al mundo del trabajo y para el progreso personal y social; b) a la necesidad de la
industrialización de formar al trabajador que tenga los conocimientos y
habilidades que se requieren para un buen desempeño de su tarea, así como
las actitudes que le permitan integrarse a un sistema productivo; y, c) a
las exigencias de un sistema escolar en conformación para determinar un
ordenamiento
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