Que Leen Los Que No Leen
Enviado por BINC120694 • 10 de Febrero de 2014 • 955 Palabras (4 Páginas) • 277 Visitas
Qué leen los que leen?
Juan Domingo Arguelles.
Partiendo de un término canónico en esta materia (hábito) ha dogmatizado con frecuencia el concepto de adquisición y practica permanente de la lectura.
Para hacer lectores ahí un camino que pasa por cultivar la afición más que el hábito.
Las aficiones “forman parte de lo electivo y su ejercicio está más vinculado a las circunstancias personales que lo están en hábitos”.
Las aficiones no admiten culpas ni reproches.
“afición” inclinación, amor a alguien o algo.
Una vez clausurada la vida de estudiante, los libros desaparecen de lo cotidiano.
La cultura libresca no es una condición para el éxito social, y ni siquiera para el mejoramiento moral.
“ leer a los mejores escritores no nos convertirá en mejores ciudadanos”
Pertenecemos a una educación que imparte, por sistema, aburridísimas clases de español de lectura y glosa.
Luis Arizaleta: “ la mayoría de los estudiantes dejan de ser lectores al terminar su periodo de formación e ingresar al mundo laboral “
No dejarnos engañar con la idea de que la capacidad de leer es provechosa “ que la gente alabe semejante conocimiento no quiere decir que él mismo se haya convertido en parte de su visión de la vida o que dé dirección a su comportamiento; puede seguir siendo un conocimiento completamente inoperante que se guarda en los recovecos de la mente y al que no se presta ninguna atención en la vida cotidiana”
Lo que desanima a los estudiantes es que los profesores, padres de familia, y en general, los mayores digan todo el tiempo que leer es provechoso y practiquen muy poco o nada eso que tanto alaban.
Las buenas recomendaciones sin la buena práctica de quien las formula, desilusionan a cualquiera y en el peor de los casos lo vuelven cínico.
Como confiar en el lector pedante, desdeñoso, malhumorado y aburrido que nos asegura que leer nos hace mejores personas.
Leer en la escuela puede ser sin duda formativo, pero no garantiza legiones de lectores convencidos de que leer les ha abierto un mundo.
La lectura es esa especie de oscuridad que, además, introduce en la escuela el complicado problema de evaluar que solo se soluciona a travez de la comprensión lectora y de la glosa, desoyendo uno de los derechos del lector: el derecho de callarse.
La mayor parte de lo que algún día aprendemos en la escuela lo hemos olvidado, mientras que por lo contrario recordamos lo que aprendimos por la lectura.
La escuela convierte todo en material de estudio, incluso aquello que naturalmente se asocia con el placer.
En el momento mismo en que los libros y la lectura sirven
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