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Quien Se Ha Llevado Mi Queso


Enviado por   •  22 de Mayo de 2014  •  484 Palabras (2 Páginas)  •  199 Visitas

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La narración

¿Quién se ha llevado mi queso?

Erase una vez, hace mucho tiempo, en un país muy lejano, vivían cuatro pequeños

personajes que recorrían un laberinto buscando el queso que los alimentara y los hiciera

sentirse felices.

Dos de ellos eran ratones y se llamaban “Fisgón” y “Escurridizo”, y los otros dos eran

liliputienses, seres tan pequeños como los ratones, pero cuyo aspecto y forma de actuar se

parecía mucho a las gentes de hoy día. Se llamaban “Hem” y “Haw”.

Debido a su pequeño tamaño, sería fácil no darse cuenta de lo que estaban haciendo

los cuatro. Pero si se miraba con la suficiente atención, se descubrían las cosas más

extraordinarias.

Cada día, los ratones y los liliputienses dedicaban el tiempo en el laberinto a buscar

su propio queso

pero muy buen instinto, buscaban un queso seco y duro de roer, como suelen hacer los

ratones.

Los dos liliputienses, Hem y Haw, utilizaban su cerebro, repleto de convicciones y

emociones, para buscar una clase muy diferente de Queso, con mayúscula, que estaban

convencidos los haría sentirse felices y alcanzar el éxito.

Por muy diferentes que fuesen los ratones y los liliputienses, tenían algo en común:

cada mañana, se colocaban sus atuendos y sus zapatillas de correr, abandonaban sus

diminutas casas y se ponían a correr por el laberinto en busca de su queso favorito.

El laberinto estaba compuesto por pasillos y cámaras, algunas de las cuales

contenían un queso delicioso. Pero también había rincones oscuros y callejones sin salida

que no conducían a ninguna parte. Era un lugar donde cualquiera podía perderse con suma

facilidad.

No obstante, el laberinto contenía secretos que permitían disfrutar de una vida mejor

a los que supieran encontrar su camino.

Los ratones, Fisgón y Escurridizo, utilizaban el sencillo método de tanteo para

encontrar el queso. Recorrían un pasadizo y, si lo encontraban vacío, se daban media vuelta

y recorrían otro. Recordaban los pasadizos donde no había queso y, de ese modo, pronto

empezaron a explorar nuevas zonas.

Fisgón utilizaba su magnífica nariz para husmear la dirección general de donde

procedía el olor del queso, mientras que Escurridizo se lanzaba hacia delante. Se perdieron

más de una vez, como no podía ser de otro modo; seguían direcciones equivocadas y a

menudo tropezaban con las paredes. Pero al cabo de un tiempo encontraban el camino.

Al igual que los ratones, Hem y Haw, los dos liliputienses, también utilizaban su

capacidad para pensar y aprender de experiencias del pasado. No obstante, se fiaban de su

complejo

...

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