Qué es un autor

Nombre: María Soledad Davidson Vera

Fecha: 04/07/17

Fuente:

Foucault, M. (1969) ¿Qué es un autor? Bulletin de la société Française philosophie, 63 (3), pp. 73-104.

¿Qué es un autor?

Foucault se basa en lo dicho por Beckett, estableciendo que en la época contemporánea es necesario concebir la desaparición del autor en los textos, la cual es una regla inmanente.  Él dice que el nombre del autor no es ni una descripción definida ni un nombre propio, tampoco es el creador de las producciones textuales, sino que es una especie de símbolo al cual se le atribuye un texto, atribución que no se realiza de manera directa. El concepto de autor es el que marca, refleja, una individualización en todas las creaciones textuales filosóficas literarias, científicas, etc. Nace el deseo de ser reconocido y recordado, a comparación de épocas anteriores en las que no existía esta noción.

La función del autor se encuentra ligada a su muerte, la mortalidad del autor es la que libra la inmortalidad del texto. El escritor produce la desviación de todos los signos de su individualidad particular, los cuales hacen querer reconstruir en base a estos una forma de analizar la estructura de la obra creada, el juego de sus relaciones externas.  

La noción de ‘autor’ se encuentra íntimamente ligada con la noción de obra. Se debe identificar primero la diferencia entre lo que es el nombre propio y el nombre del autor. El primero es el personaje que está anterior a la obra, el segundo en cambio tiene otra función. Este no sólo es un elemento del discurso, no se reduce a eso, sino que juega un papel determinado en la obra. Este tiene como finalidad caracterizar el discurso, indicando que lo dicho en este no a través de un lenguaje común, sino que este debe recibirse de cierto modo, recibiendo una cultura con cierto estatus. También es un concepto que permite una función clasificatoria.

Ahora bien, ¿cuál es la relación de estos dos conceptos y la muerte? Foucault explica que el nombre propio finalmente queda excluido, es un ser externo a la escritura. Sin embargo, para el autor no sucede el mismo caso, puesto que este termina siendo uno a la par con la obra. La obra tiene la capacidad de “matar” al autor, pero esta facultad al ser una especie de sacrificio finalmente logra que el autor junto a la obra, pasen a ser inmortales, haciendo que este se consagre. Todo esto hace que finalmente el autor acepte su muerte, volviéndose uno con la escritura.