RAE

Dos de los tipos de texto que más requerirán los estudiantes, tanto en la vida académica como profesional, son el texto expositivo y el argumentativo. Veamos nuevamente sus características y un ejemplo de cada uno de ellos.

Para la RAE exponer está relacionado con “presentar algo para que sea visto, ponerlo de manifiesto. Hablar de algo para darlo a conocer”. Si esto es así, un texto expositivo tiene entonces, como objetivo presentar información, que le permita a quien lee ese texto adquirirla. Su función es informar, acerca del tema del que se esté hablando; se escribe en tercera persona y se evita manifestar opiniones subjetivas: porque se está es informando acerca de algo.

En el mismo sentido, un ejemplo de tipo de texto expositivo trabajado en nuestra sesión previa fue el resumen, en él, esencialmente se presenta, de forma sintética, la información más importante contenido en otro, por ello es un texto expositivo. Con respecto a la reseña, en su definición también se mencionaba que era un texto de carácter expositivo-argumentativo, esto es así porque en la estructura de la misma se hacen uso de estos dos tipos de texto, a saber, tanto la primera como la segunda parte tienen como intención informar, por tanto son expositivas, y la última parte, expresa una valoración argumentada, característica fundamental del texto argumentativo.

Según lo expresado por las autoras en el texto Experiencia de aprendizaje 4: actos discursivos la argumentación, esta se entiende como un acto cotidiano, debido a que es constante observar encuentros comunicativos en los cuales interviene, por ejemplo, las ventas, la publicidad, política, etc. La argumentación, es un proceso a partir del cual se presenta una opinión o tesis, en torno a un tema determinado, que ofrece posibilidad de debate. Por ello, la columna vertebral del mismo es esa opinión o tesis, sostenida a través de una serie de razones o argumentos. De modo que, como lo plantean las autoras del texto antes mencionado, argumentar implica asumir una posición diferente a aquellas obcecadas, dogmáticas y fanáticas.

Un ejemplo de tipo de esto argumentativo es el ensayo, del cual veremos, en forma sucinta, algunas de sus características y su estructura.

EL ENSAYO

Parafraseando lo que expone Vélez Jaime en El ensayo entre la aventura y el orden, el ensayo tiene tantas definiciones como ensayistas ha producido la historia. No obstante, uno de los elementos en los que se podría estar de acuerdo es en el que su creación se debe especialmente a Miguel de Montaigne, quien no sólo fue el primero en usar este término, sino porque de él también provienen las características más importantes del ensayo, a saber: una tiene que ver con la manera como lo expuesto en un ensayo se relaciona con un “lector intemporal”, “perdurable”, puesto que a lo que se refiere no es a un tema

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