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REAL ACADEMIA ESPAÑOLA


Enviado por   •  26 de Febrero de 2014  •  2.839 Palabras (12 Páginas)  •  341 Visitas

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Introducción

La presente investigación es acerca de la más importante entidad en lo que a nuestro idioma se refiere, La Real Academia De La Lengua Española. Esta organización se encarga de establecer las normas, palabras y reglas para el español, la que hoy día es la segunda lengua más hablada en el mundo. Esta, siendo fundada en 1713 nos ha dejado un legado, y una evolución del lenguaje español, creando el diccionario de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, ambas toman un papel clave en el estudio de nuestro idioma.

La RAE, teniendo como lema “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad” es una institución que busca cada día acercarse a la unidad del idioma español, y que en cada país donde se habla se utilice correctamente.

Fundación de La Real Academia Española

La Real Academia Española, fundada en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, “es una institución con personalidad jurídica propia que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico.”

Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión de la nueva corporación, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V.

En 1715, después de considerar una serie de propuestas para decidir su lema, la institución, en “una votación secreta, eligió el actual: un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor”, según señala Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Academia Española.

La RAE, cuyo principal precedente y modelo fue la Academia Francesa fundada por el cardenal Richelieu en 1635, se marcó como objetivo esencial desde su creación la elaboración de un diccionario de la lengua castellana, el más copioso que pudiera hacerse. Ese propósito se hizo realidad con la publicación del Diccionario de autoridades, editado en seis volúmenes, entre 1726 y 1739.

A lo largo de sus trescientos años de historia, un total de veintinueve directores han regido los destinos de la RAE, aunque dos de ellos Ramón Menéndez Pidal y José María Pemán repitieron en su cargo en dos períodos diferentes de sus vidas.

Instalada en su actual sede académica de la calle madrileña de Felipe IV desde 1894, la institución ha ido adaptando sus funciones a las exigencias y necesidades de la sociedad de su tiempo. Los estatutos vigentes, aprobados en 1993, establecen como objetivo fundamental de la Academia “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”. Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras veintiuna corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.

La Real Academia Española está situada en el número 4 de la calle Felipe IV de Madrid, en el distrito de Retiro, junto al Museo del Prado y la iglesia de los Jerónimos. El edificio, de estilo clasicista, se levantó de acuerdo con el proyecto del arquitecto Miguel Aguado de la Sierra (1842-1896). Construida entre 1891 y 1894, la actual sede académica se levantó sobre un solar cedido por la Corona a la corporación para tal fin. La inauguración del palacio se celebró el 1 de abril de 1894.

Actividades de la Real Academia Española

Todos los jueves, a las 19:30, suena una campanilla en la Real Academia Española (RAE). En su elegante sede a metros del Museo del Prado se reúnen en torno a una gran mesa ovalada los filólogos, intelectuales, catedráticos, científicos y escritores que integran la institución. La delicadeza del tintineo marca el tono y el estilo de la sesión que está por comenzar. La responsabilidad es colosal: hallar la definición más precisa posible para un grupo de palabras que pasarán a integrar, o no, el diccionario más consultado de nuestra lengua.

Los miembros ocupan sus sillones, uno por cada letra –mayúscula y minúscula– del abecedario. Ajena al gobierno y a los partidos políticos, desde su nombre la RAE expresa su origen como institución que emana de la corona española. Los reyes siguen de cerca las actividades de sus ocho academias, en particular de esta, la más conocida en todo el mundo hispano.

La RAE tiene su propia biblioteca –distribuida en tres sofisticadas salas– integrada por 250.000 volúmenes, entre ellos las primeras ediciones del Quijote y de obras de Lope de Vega.

Su pompa y solemnidad son el resultado de una tradición de tres siglos de vida que limpia, fija y da esplendor a la lengua, según reza su lema, explícito en su escudo: un crisol en llamas.

Establecer y confeccionar obras que ayuden a la cohesión y unidad de la lengua en su diversidad son sus funciones principales (obras como la Gramática y la Ortografía de la Lengua Española lo atestiguan), pero la más conocida es la redacción del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Este texto y esta institución cobran cada vez más protagonismo.

El informe del Instituto Cervantes de 2013 precisa que más de 500 millones de personas hablan español, que es el segundo idioma más hablado del planeta y el tercero más utilizado en Internet. Este año se publicará una nueva edición de este diccionario, la número 23, que contendrá 90.000 palabras, de las cuales dos tercios son enmiendas de la edición anterior, precisa el director de la RAE, José Manuel Blecua.

Mucho antes de que las palabras lleguen a los académicos y se discutan los jueves hay una enorme tarea previa de investigación. A pocas cuadras del estadio Santiago Bernabéu funciona el Centro de Estudios de la RAE, donde se ubica, entre otros departamentos, el Instituto de Lexicografía, una casa con jardín al frente y banderas de todos los países de habla hispana. En un ambiente más informal que el del edificio de la sede central, los lexicógrafos de la institución se dan cita muy temprano, de lunes a viernes. Filólogos de formación, gramáticos, especialistas en griego y latín y semantistas integran las huestes

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