RESUMEN JUEGOS OLÍMPICOS Y COPA DEL MUNDO TERRENOS DE JUEGO DE UN NEOLIBERALISMO DE CHOQUE
Enviado por nataliacardoso • 27 de Mayo de 2015 • 1.299 Palabras (6 Páginas) • 6.553 Visitas
Asignatura:
Comunicación Escrita y Procesos Lectores
Título del trabajo
RESUMEN JUEGOS OLÍMPICOS Y COPA DEL MUNDO
TERRENOS DE JUEGO DE UN NEOLIBERALISMO DE CHOQUE
Docente
Lic. Fernando Romero
Colombia Neiva 16 mayo de 2015
INTRODUCCION
El presente es un resumen detallado del artículo “Juegos Olímpicos y Copa del
Mundo: Terrenos de Juego de un Neoliberalismo de Choque”, escrito por Olivier
Petitjean. Con este texto, el autor pretende informar al lector acerca de lo que
representa llevar a cabo grandes eventos deportivos como los Juegos Olímpicos y
la Copa Mundial. Es evidente que grandes organizaciones como el Comité
Olímpico internacional (COI) y la FIFA, de acuerdo al autor, tienen intereses que
se esconden detrás de la organización de estos grandes eventos y que amenazan
diferentes factores relacionados con los aspectos sociales y económicos de los
países anfitriones.
El autor es enfático en afirmar que, si bien la misma sociedad aplaude y
sustenta la existencia de estos eventos llenando los estadios y encargándose ellos
mismos de promocionarlos, quienes más se lucran son estas mismas
organizaciones y las grandes multinacionales patrocinadoras de dichos eventos.
Pese a los esfuerzos por desenmascarar los verdaderos negocios lucrativos que
mueven la existencia de estos acontecimientos, la condición de estas entidades
como organizaciones sin ánimo de lucro y el deseo de los países anfitriones por
ser reconocidos mundialmente los hace indiferentes a las multimillonarias pérdidas
y cambios sociales que sufren sus habitantes.
RESUMEN
Llevar a cabo eventos deportivos como los Juegos Olímpicos y la Copa del
Mundo, de acuerdo a Olivier Petitjean, resulta un negocio más productivo cada día.
Sociedades como el Comité Olímpico internacional (COI) y la FIFA, agentes
responsables de este tipo de entretenimiento mundial, se lucran cada vez más sin
ningún control y perjudican a la sociedad de diferentes maneras al despilfarrar
dinero público, hacer desplazamientos masivos de personas de bajos recursos,
ocupar el espacio público e invadir las ciudades con publicidad a gran escala.
Debido a que ni la FIFA ni el COI tienen la obligación de rendir cuentas a nadie
por su condición de organizaciones sin ánimo de lucro, sus reservas económicas
ascienden a millones de dólares y hacen que los escándalos y las críticas no den
espera. Numerosos han sido los problemas ocasionados como consecuencia de
estos eventos majestuosos que constantemente se han visto envueltos en
escándalos de corrupción, de falsedad y de malversación de fondos. Ejemplos
claros de esta penosa situación han tenido que ver directamente con la acusación e
investigación de los representantes de dichas organizaciones, los encargados del
marketing e incluso ex representantes de los mismos comités. Sin embargo, la
FIFA, por ejemplo, siempre ha sabido cómo salir airosa de todas aquellas situaciones.
La manera en que la organización de las Copas del Mundo es concebida por la
FIFA es fiel reflejo de su estatuto extraterritorial y del modo en que se escuda tras
su prestigio simbólico. Igualmente, es evidente el interés de esta organización por
obtener un beneficio propio y favorecer a las empresas patrocinadoras al imponer a
los países anfitriones un régimen de excepción draconiano llevando a cabo
exoneraciones fiscales para la FIFA y sus socios, libertad total de exportación y
conversión de divisas, entre otras. Como si fuera poco, estos eventos deportivos
comportan aparentemente toda una serie de ventajas económicas indirectas e
intangibles, pero parecen bastante dudosas a la vista de las sumas invertidas. Lo
único que motiva a estos países anfitriones a participar de los mencionados eventos
deportivos mundiales es el prestigio, la cohesión nacional y la legitimación de su
poder.
Es evidente que los beneficios obtenidos por la realización de estos eventos
deportivos mundiales son claros tanto para los organizadores como para las
multinacionales patrocinadoras como McDonald’s, Coca-Cola y Visa. Mientras estas
empresas incrementan sustancialmente sus ingresos y prestigio, “la fiesta” también
favorece formas más o menos sublimadas de violencia, a menudo de
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