RESUMEN ULTIMA PARTE MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES

“MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES”

CAPITULOS 4 Y 5

RESUMEN:

El hombre de los noventa años era feliz leyéndole a Delgadina, y empezó con El principito de Saint-Exupéry, un autor francés y así muchos autores más; hasta que él se quedaba dormido junto a ella en un abrazo.

Una noche mientras este hombre dormía con Delgadina Rosa Cabarcas lo fue a despertar para que fuera con él ante un problema que tenía ella; a uno de sus clientes lo habían asesinado a puñaladas en el primer cuarto del pabellón y el asesino había escapado. El cadáver estaba desnudo y con un preservativo puesto al parecer sin usar, el hombre de los noventa años lo reconoció; y miro que era J.M.B un banquero, Rosa había despertado al hombre para que le ayudara a vestir el difunto, pero él le hizo ver que quien hiba a creer en un cuerpo tasajeado a cuchillazos dentro de un vestido intacto. La noticia oficial en titulares decía que a un joven banquero lo habían asaltado y muerto a cuchilladas en la carretera de Pradomar por motivos incomprensibles y que no tenía enemigos.

Aquel hombre va a buscar a Delgadina y se encuentra con las puertas selladas, sin ninguna razón de ella ni de Rosa, estrechándose en un mar de explicito sufrimiento al no saber nada de Delgadina.

Un día un autobús atropelló a una muchacha en bicicleta y el hombre presente solo observaba la marca igual de la bicicleta que le había regalado a Delgadina; entonces se dirigió al hospital donde la habían llevado y al ver a aquella jovencita cubierta con ventas su cara; solo le basto ver sus pies para darse cuenta que no era Delgadina.

Rosa Cabarcas llamo al hombre de los 90 al cabo de un mes diciéndole que se había ido de vacaciones a Cartagena, y que Delgadina estaba bien; a las diez de la noche él se dirige a la casa de Rosa con un montón de detalles y mira nuevamente a Delgadina muy cambiada, y miro que tenía joyas valiosas en su cuerpo; furioso se da cuenta que Rosa había vendido su virginidad a cambio de que la sacaran libre del escándalo del crimen, entonces Rosa empezó a desahogarse diciéndole que el abogado del muerto había repartido sobornos y que la había invitado a pasar unos días al hotel en Cartagena, pero el hombre le grito que ellas eran unas putas y que no las quería volver a ver diciendo adiós.

Después de dos meses cuando volvió hablar con Rosa ella le conto que Delgadina estaba muy bien pero que hacía un mes que no sabía nada de ella y le prometido buscar a la niña, y así fue el hombre volvió a ver a Delgadina.

Una víspera del 29 de agosto el llamo a Rosa para que le llevara a la niña ya que el presentía no sobrevivir hasta el último aliento de sus noventa años esa noche en la cama junto a Delgadina contaba las doce campanadas de haber sobrevivido a sus noventa años, con su corazón a salvo, y condenado a morir de buen amor en la agonía feliz de cualquier día

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