Realismo Literario
Enviado por ana9915 • 11 de Junio de 2014 • 4.557 Palabras (19 Páginas) • 274 Visitas
El realismo literario: marco histórico y cultural. Características. Autores y obras más significativas.
Índice:
1. Introducción.
2. Marco histórico y cultural.
2.1.- Aspectos políticos, económicos y sociales.
2.2.- Aspectos ideológicos y culturales.
2.3.- El Realismo, imagen de la vida.
3. El Realismo.
3.1.- Orígenes y evolución.
3.2.- El Naturalismo en la novela.
3.3.- La novela realista europea.
4. Características de la narrativa realista.
5. La obra narrativa de Benito Pérez Galdós.
5.2.- Galdós, un novelista burgués.
5.2.- “Los Episodios Nacionales”.
5.3.- Novelas de la primera época.
5.4.- Las novelas contemporáneas.
5.5.- Las novelas espiritualistas.
5.6.- Las últimas novelas.
6. La novela realista. La Generación del 68.
6.1.- José María de Pereda.
6.2.- Juan Valera.
6.3.- Leopoldo Alas “Clarín”.
6.4.- Emilia Pardo Bazán.
6.5.- Armando Palacio Valdés.
6.6.- Vicente Blasco Ibáñez.
1. INTRODUCCIÓN.
El Realismo es un movimiento literario que triunfó en Europa hacia 1850 y que trató de reflejar la realidad social de la época. Frente al idealismo romántico, propugnó la observación directa de la realidad y la novela como género que mejor puede reflejarla.
Sus características fundamentales son:
El tema esencial es la realidad que rodea al escritor, quien debe dar testimonio de la misma y actuar como un cronista. La clase media se convirtió en el foco de atención preferente del escritor. En esa plasmación de la realidad observada puede verse, en ocasiones, cierta actitud de crítica social.
El narrador es objetivo y suele ser omnisciente, es decir, conoce a sus personajes a fondo. Para mostrar los sentimientos y pensamientos de los personajes se utilizan el monólogo interior y el estilo indirecto libre. El retrato puede ser un completo análisis psicológico y la descripción de ambientes suele realizarse también con minuciosidad.
El estilo es sencillo y sobrio. Con el lenguaje se pretende reproducir la forma de hablar de los personajes y su condición social, por lo que aparecen varios registros.
2. MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL.
2.1.- Aspectos políticos, económicos y sociales.
Los gobiernos progresistas surgidos al hilo de la Revolución de 1868 consagraron derechos democráticos e impulsaron reformas laborales y fiscales que crearon gran descontento. La crisis económica, el desempleo, las guerras y los conflictos regionales contribuyeron al fracaso de la I República y a la Restauración de la monarquía, que puso fin a un largo período de guerras.
Durante la Restauración, los cambios gubernamentales se efectuaron por medio de las Cortes y se estableció el bipartidismo de liberales y conservadores. El Gobierno, centralista y oligárquico, se apoyaba en el medio provinciano y rural, dominado por caciques, con quienes se controlaban y simulaban unas elecciones fraudulentas.
El desarrollo económico (minería, siderurgia vasca, industria textil catalana y actividades comerciales) impulsó el crecimiento de las ciudades, comunicadas por el ferrocarril. A este período corresponde la consolidación del Estado liberal y el triunfo de la burguesía. Las familias burguesas gustaban del lujo y de la ostentación, mientras que las masas populares permanecían al margen de la política, la modernización y la cultura. En estos años se desarrollaron las organizaciones obreras, en sus vertientes socialista y anarquista.
2.2.- Aspectos ideológicos y culturales.
La corriente de pensamiento más destacada fue el krausismo. Uno de sus frutos más importantes fue la Institución Libre de Enseñanza (1876), fundada por Francisco Giner de los Ríos. En su primera etapa se centró en la enseñanza universitaria y, a partir de 1881, en la reforma de la pedagogía tradicional.
Con la Restauración se inició una etapa positivista, aunque seguían vigentes las ideas krausistas en pedagogía y derecho, y valores como la ética individual, la tolerancia y el rigor científico.
Otro fenómeno destacable, sobre todo a partir de la década de 1880, fue el extraordinario desarrollo de la prensa, que difundió obras por entregas y artículos de los escritores más importantes de la época (Clarín, Galdós, Valera, Pardo Bazán), y sirvió de soporte a la polémica sobre el naturalismo.
Corrientes de pensamiento.
En la segunda mitad del siglo XIX, dos corrientes filosóficas dominan el pensamiento español:
A) Krausismo. Julián Sanz del Río impulsó la difusión del pensamiento del filósofo alemán Karl C.F. Krause. El krausismo, que llegó hasta la Segunda República, tuvo una gran repercusión en sectores de la burguesía ilustrada de España. Influyó en la cultura (ciencia, pedagogía, literatura) y, especialmente, en el derecho. La versión española de esta corriente propugnó una “filosofía práctica”, racionalista, que hace hincapié en el carácter ético de la conducta individual, en la creencia en la perfección del hombre y en la evolución de la sociedad. El período de máxima vigencia del krausismo corresponde a su primera etapa, entre 1854 y 1875.
B) Positivismo. Este sistema filosófico sólo admite los conocimientos que se fundamentan en la experimentación. Se basa en la aportación de las ciencias físicas y naturales. Los positivistas españoles defendieron el evolucionismo y el determinismo, y difundieron las obras de científicos europeos como Darwin o Spencer.
2.3.- El Realismo, imagen de la vida.
Frente al idealismo romántico, triunfa ahora el positivismo, la moral utilitaria, el espíritu práctico. Como movimiento cultural, el Realismo será un reflejo de la realidad contemporánea y un espejo de las costumbres, influido por las nuevas aspiraciones de la sociedad burguesa y por el espíritu racionalista y experimental de las nuevas ideas científico – filosóficas: positivismo, método experimental, teoría de la evolución de las especies.
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