Reciclaje

RECICLAJE

María era una mujer humilde, la pobreza no la desanima, despacha sus hijos con agua de panela y arepa con mantequilla. Después de que los ve partir para el colegio falda abajo, agarra el costal, cierra la humilde puerta de cartón grueso y sale. Son muchas cuadras de recorrido para recoger el sustento del día. Recoge un cartón, luego una botella, una bolsa…. ¡en fin! Debe llevar el dinero a casa. No importa el sol o la lluvia, simplemente sabe que sacara a delante a sus hijos aunque para ello tenga que recoger a diario la “basura” de las bolsas… de las canecas, de donde sea que las personas tiran a la calle sin saber que esa “porquería” como muchos le dicen es lo que mejora la calidad de vida de personas como ella, que viven en una ciudad con pocas probabilidades de empleo para personas que apenas si saben leer y escribir y que como madre cabeza de familia, sus hijos son primero.

No importa cuánto tiempo deba seguir en esto, lo único que sabe es que sus hijos llegaran muy lejos gracias a las personas que saben que cuidando el medio ambiente y separando los desechos, tendrán un futuro mejor para sus hijos.

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