Reflexión Un día En La Escuela

UN DIA EN LA ESCUELA

Al inicio del ciclo escolar se reunieron los profesores de la escuela “maestro rural” en una junta de Consejo Técnico (CT). Entre los puntos a tratar se encontraban la organización de las comisiones para diferentes actividades que se debían realizar durante todo el año.

El director se había pasado el día anterior reflexionando sobre quién o quiénes deberían encargarse de la cooperativa escolar, de las actividades relacionadas con la seguridad del alumnado, de los aspectos técnico-pedagógicos, de los eventos sociales, etcétera, y pensó que lo mejor era que entre todos discutieran y decidieran la distribución de dichas comisiones, así como los responsables directos de cada una de ellas.

Al iniciar la junta, el Director les indicó que ese era el primer punto a tratar: - Planteó las comisiones que habría que asumir y preguntó: ¿Cómo creen que debamos nombrar a los responsables? ¿Alguien quiere una comisión en particular?

La respuesta fue el silencio absoluto, nadie se animó a tomar la palabra y ante eso el Director les comentó lo siguiente:

 Me parece que la maestra Rosita debe hacerse cargo de la organización de simulacros y de la organización de guardias y…

Antes de que terminara la frase, la maestra Rosita le contestó:

 ¿Yo?, ¿Por qué yo? Eso le tocaría al maestro Pedro que siempre anda gritando por todos lados, ¡no!, a mi nadie me haría caso.

 Maestra, ¬-dijo el director- El maestro Pedro es muy bueno para la organización de eventos cívicos y sociales, pero…

Entonces, otro maestro no lo dejó terminar y sin pedir el turno de la palabra se decidió a hablar y dijo:

 ¡No maestro!, esa comisión de eventos sociales es muy sencilla, sería injusto que le tocara esa al maestro Pedro porque siempre le toca la misma.

Al escuchar eso, el maestro Pedro se levantó muy molesto, dijo que ese trabajo no era nada fácil y que ni se les ocurriera darle otra comisión por que no la aceptaría.

El Director trató de calmar los ánimos y les dijo que como no se ponían de acuerdo, al igual que otros años, él tendría que designar las comisiones. Todos guardaron silencio. Una maestra opinó que sí, que eso era más fácil y práctico, pues no tenia caso gastar el tiempo en discusiones.

El Director comenzó asignar las comisiones y volvió a dejar al maestro Pedro la de eventos sociales. El aula se llenó de rumores, de expresiones de insatisfacción y de disgusto… El maestro Juan levantó su mano y propuso:

 Mejor sigamos el procedimiento más sencillo y justo que existe: ¡La rifa!

La mayoría aceptó, aunque no del todo satisfechos. El maestro Pedro se acercó al director entre susurros les pidió que le diera el papelito de su comisión.

Cuando todos tuvieron su comisión, muy poco estaban conformes con la asignada mediante ese procedimiento,

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