Resumen Caballero en Armadura Oxidada

Escuela de Psicología
Séptimo semestre [pic 1]

Capital Humano

“El hombre de la armadura oxidada.”

Gabriela Murguía Sánchez

Nayeli Del Roció Jiménez

Gómez Palacio Dgo. Agosto a Diciembre 2017

1. Dilema del caballero

Existía un caballero que creía que era bueno, generoso y amoroso. Solía entrar en batallas para salvar damiselas en apuros y matar dragones. Tenía una armadura que era tan brillante, que los habitantes del pueblo no veían el sol cuando éste la portaba.

Tenía una esposa llamada Julieta la cual era tolerante y fiel, con ella tuvo un hijo Cristóbal. La tolerancia de Julieta poco a poco fue disminuyendo ya que el caballero no se quitaba su armadura ni para dormir. Julieta estaba harta y Cristóbal su hijo ni siquiera recordaba como era su padre sin la armadura. El caballero al ver a su esposa triste y desesperada decide ir a buscar a alguien que lo pudiera ayudar a quitarse aquella armadura que ni la persona más fuerte del pueblo había podido.

Antes de partir del pueblo, el caballero va a despedirse del rey a su castillo. Al llegar ahí, el bufón le dice que no se encuentra pero que él sabía quién podía ayudarlo. Había un mago en alguno de los bosques que podía ayudarlo, pero debía encontrarlo por el mismo.

1. En los bosques de Merlín

El caballero cabalgo día y noche durante meses sin encontrar al mago Merlín. Ahí se dio cuenta que en realidad no era tan inteligente, no sabía diferenciar el norte del sur ni sabía que frutas eras venenosas y cuáles no. Cuando ya estaba demasiado débil para seguir adelante, vio al mago Merlín sentado en una roca rodeado de animales.

El mago le dio de beber mediante un popote por la visera de la armadura. El caballero creyó que, al llegar con el mago, éste simplemente le quitaría la armadura, pero no fue así. El mago le pedía paciencia al caballero ya que sería un proceso lento y en todas las pláticas lo invitaba a cuestionarse cosas que el caballero creía ciertas.

Al poco tiempo el caballero se vio hablando con una ardilla, por lo que pensaba que se estaba volviendo loco, pero en realidad estaba dejando de estar tan ensimismado y estaba conectándose más con la naturaleza.

Desesperado, ya después de un tiempo, quería regresar a su casa para poder ver a Julieta y Cristóbal por lo que el mago le sugirió que les mandara una corta con Rebeca, la paloma, preguntándoles si querían que volviera. Después de varios días Rebeca volvió con una carta de Cristóbal en blanco, a lo que el mago concluyo que su hijo no lo conocía tanto como para darle una respuesta. El caballero ante esto se soltó llorando hasta quedarse dormido.

1. El sendero de la Verdad

Merlín le explico al caballero que existían dos senderos. Uno era fácil y otro difícil. El fácil conduce a la avaricia, a la deshonestidad, el odio, los celos, el miedo y la ignorancia, mientras que el difícil lo conduciría a la verdad. El camino difícil involucraba colinas, era estrecho y estaba muy inclinado. El caballero, aunque asustado accedió a seguir ese camino en busca de la verdad para poder liberarse de la armadura, pero Merlín le dijo que no podía ir con su caballo porque el camino era demasiado estrecho para que éste pasara. El caballero debía de ir a pie por lo que ya no quiso y el poco coraje que tenía para adentrarse en el camino se esfumo.

Rebeca, la paloma, y la ardilla le dijeron que ellas podían hacerle compañía y aventurarse con el caballero para que no estuviera solo. El caballero recupero un poco de coraje y decidió ir en busca de la verdad.

Merlín le entrego tres llaves para tres diferentes castillos con los que se iba a encontrar. Los castillos se llamaban, silencio, conocimiento y el último voluntad y osadía.         También le dio órdenes de no rescatar a ninguna damisela ya que tenía que salvarse a el mismo antes de intentar salvar a alguien más.

Finalmente se fueron los tres personajes por aquel sendero y cuando se cansaron de tanto caminar se acostaron para poder dormir y descansar un poco. Al despertar el caballero se dio cuenta que las lágrimas que había derramado un día anterior al leer la carta de Cristóbal habían oxidado la visera de su armadura y esta se había caído en consecuencia. No recordaba que era sentir la brisa o la luz del sol en su cara hasta ese momento.

Llegaron al castillo del Silencio y cuando el caballero ya iba a entrar, la paloma le advirtió que no podrían ir con el pero que lo esperarían del otro lado.

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