Resumen Del Principe De Maquiavelo
Enviado por jlgaribay • 31 de Enero de 2013 • 7.074 Palabras (29 Páginas) • 473 Visitas
“El Príncipe” Escrito Por Nicolás Maquiavelo
Capitulo I
DE LAS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADOS Y LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN
Los principados son, o hereditarios, cuando una misma familia a reinado en ellos largo tiempo, o nuevos. Los nuevos, o lo son del todo, o son como miembros agregados al estado hereditario del príncipe que los adquiere, los así adquiridos se adquieren por las amas o por las ajenas, por la suerte o por la virtud.
Las dominaciones que han existido sobre los hombres son repúblicas o principados, siendo éste último hereditario. Los dominios adquiridos por herencia están acostumbrados a vivir bajo un príncipe o a ser libres.
Capitulo II
DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS
Es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y contemporizar después con los cambios que pueden producirse.
Se puede mantener un estado; si el príncipe es de mediana inteligencia, puede mantener el estado, pero alguien puede robárselo por la fuerza, y este esperara que el usurpador cometa un error, para regresar a su lugar. En la continuidad de la dinastías borran los recuerdos.
Capítulo III
DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS
Los estados que al adquirirse se agregan a uno más antiguo o son de la misma provincia, es muy fácil conservarlos, sobre todo cuando no están acostumbrados a vivir libres, y para afianzarse en el poder, basta con haber borrado de la línea del príncipe que los gobernaba porque siempre que se respeten sus costumbres y las ventajas de que gozaban permanecen sosegados.
Sólo con muchísima dificultad podrá perderlo.
Las colonias no cuestan, y son más fieles y entrañan menos peligro; y que los damnificados no pueden causar molestias, porque son pobres y están aislados.
El príncipe que anexe una provincia de costumbres, lengua y organización distintas a las de la suya, debe también convertirse en paladín y defensor, ingeniarse para debilitar a los de mayor poderío y cuidarse de que, Bajo ningún pretexto, entre en su estado un extranjero tan poderoso como él.
Los hombres cambian con gusto de señor, creyendo mejorar, pero él que sube al poder tiene problemas, para mantener su relación con quienes lo subieron, y con los que no estaban de acuerdo con su acenso. Bien es cierto que los territorios rebelados se pierden con más dificultad cuando se conquistan por segunda vez, porque el señor, que aprovechandose de la rebelión, vacila menos en asegurar su poder castigando a los delincuentes. Cuando los estados agregados comparten la cultura del conquistador, es más fácil concervarlos, solo hay que borrar las líneas del príncipe y mantener el tipo de gobierno, pero si no es así, la persona que los adquiere necesita irse a vivir ahí, pues los representantes del príncipe no pueden saquear la provincia, y los súbditos están más satisfechos porque pueden recurrir a él fácilmente y lo pueden apreciar más. Los extranjeros, pensarán más la idea de atacar. Otra forma eficiente es mandando colonias, estableciéndolas en los lugares claves del estado, arrebatando las tierras a los colonos y dejándolos en la ruina por lo que pobre no atentan contra el gobierno, además de resultar económicas, también se manda en algunos casos al ejercito, resultando esta forma muy cara, y poco eficiente pues los colonos suelen ponerse a disgusto. Las ocupaciones militares son, desde cualquier punto de vista tan inútiles como son útiles las colonias. Por lo que
Él que no sea buen gobernante perderá lo conquistado y aún cuando lo conserve le será muy difícil. Los Romanos hicieron lo que todo príncipe debe hacer no solo preocuparse por el presente sino por el futuro. Para evitar una guerra nunca se debe dejar que un desorden siga su curso, porque no se evita, sino se la posterga en prejuicio propio. El que ayuda a otro hacerse poderoso causa su propia ruina.
Capitulo IV
POR QUE LE REINO DE DARÍO OCUPADO POR ALEJANDRO NO SE SUBLEVÓ CONTRA LOS SUCESORES DE ÉSTE DESPUÉS DE SU MUERTE
Todos los principados de que se guarda memoria han sido gobernados de dos modos distintos: o por un príncipe que elige de entre sus siervos, que lo son todos los ministros que lo ayudaran a gobernar, o por un príncipe asistido por nobles, que no, a la gracia del señor, sino a la antigüedad de su linaje, deben la posición que ocupan. Estos nobles tienen Estados y súbditos propios, que los reconocen por señores y les tienen natural afección. Mientras que, en los Estados gobernados el príncipe goza de mayor autoridad; por que en toda la provincia no se reconoce soberano sino a él, y si se le obedece a otro, a quien además no se le tiene particular amor, sólo se lo hace por tratarse de un ministro y magistrado del príncipe.
Por Que El Reino De Darío, Ocupado Por Alejandro No Se Sublevó Contra Los Sucesores De Este Después De Su Muerte
La pregunta es porque los estados adquiridos por Alejandro Mágno, no se separaron a su muerte, por lo que veremos que los principados han sido de dos formas; que un príncipe elija entre sus siervos sus ayudantes o nobles por su linaje, pero estos nobles tienen estados y súbditos propios que los reconocen por señores y les tienen afecto.
Capítulo V
DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE ANTES DE SER OCUPADOS, SE REGIAN POR SUS PROPIAS LEYES.
Hay tres modos de conservar un Estado que, antes de ser adquiridos, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: primero destruirlo; depuse radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus leyes, obligando a pagar un tributo y establecer un gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la conquista. Como ese gobierno sabe que nada puede sin la amistad y poder del príncipe, no ha de reparar con medios para conservarle el estado. Porque nada hay mejor para conservar -si se la quiere conservar- una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla gobernar por sus mismos ciudadanos.
En verdad el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir a vivir libre es destruirla. Quien se haga dueño de una ciudad así y no la aplaste, espere a ser aplastado por ella.
Hay tres modos de conservar un estado que, antes de ser adquiridos, estaban acostumbrados a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: después radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus leyes. Nada mejor para conservar- si se la quiere conservar- una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla gobernar por sus mismos ciudadanos.
El único medio de conservar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla. Pero
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