Resumen El Feroz Cabezilla

Un grupo de rebeldes en fuga deja a sus heridos medio protegidos en las ruinas de una iglesia; entre ellos, uno mutilado, “la mitad de un hombre metida en un costal”. Para cuando llegan los federales están muertos todos, salvo el mutilado. El capitán ordena que lo fusilen. Pregunta su nombre: Gabino Durán. En su parte explica que tras una dura batalla derrotaron al “feroz cabecilla” Gabino Durán, con una docena de hombres. Siguen a continuación los partes del coronel, del general de brigada, del generalísimo, y van subiendo los números, y son cientos y miles de efectivos, y es cada vez más atroz, formidable, la figura de Gabino Durán, hasta que llega a la portada de la Gaceta Nacional: “¡¡¡Durán fusilado!!!”.

Algo hay, en ése y en los demás cuentos, que resuena con particular intensidad en las noticias de nuestra guerra contra el narco. No es fácil sacar ninguna moraleja, pero valdría la pena tratar de entender de qué se trata.

El autor de este relato describe un hecho histórico en el cual podemos apreciar una situación de revolución, empieza describiendo su relato a una caravana de 10 o 12 hombres que van huyendo del los soldados federales, se trataba de campesinos que habían escapado de un combate en el cual defendían sus tierras que labraban, tal enfrentamiento se llevo a cabo en la sierra azul. También menciona que estos campesinos tiraban de algunos caballos los cuales cargaban a sus compañeros heridos y aun hombre en particular, bueno, medio hombre, digo esto porque en el texto nos dice: “Casi al final de la caravana iba sobre una mula un bulto más pequeño que los otros: era la mitad de un hombre metida en un saco y amarrada por fuera con gruesas cuerdas; no asomaban del costal si no una cabeza sucia y melenuda, y dos brazos cubiertos con harapos;…”. Algunos molestos por llevar a tales heridos ya que según ellos retrasaban su escape a lo cual su jefe no estaba de acuerdo.

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