Resumen Libro Los Sangurimas
Enviado por 009876 • 16 de Junio de 2013 • 3.784 Palabras (16 Páginas) • 3.310 Visitas
RESUMEN DEL LIBRO “LOS SANGURIMAS”
Esta historia se trata de la Familia de los Sangurimas pues esta se ajusta a la perfección, acerca de los montubios.
El abuelo quien era don Nicasio Sangurima y que decía ser hijo de un gringo pues, a pesar de su edad, tenía una cabellera muy prodigiosa con rizos prietos de finos cabellos y color flavo; Además sus ojos verdes los mismos que miraban con tierna dulzura, placidos y felices, cuándo don Nicasio era joven una bruja le había dicho: "Tienes ojos pa’ un hechizo" En fin don Nicasio a pesar de su edad era el clásico montubio, regio y fuerte a pesar de su edad. Pero cuando le indagaban por su apellido y le decían que Sangurima no era un apellido gringo él les decía que llevaba el apellido de su madre que era de los Sangurimas de Balao.
Don Nicasio decía que cuando el gringo abuso de su madre ninguno de sus tíos estaba en la finca pero en cuanto regresaron y se enteraron su tío Sangurima cogió el machete, busco al gringo y lo mató.
En el velorio de un hombre unas viejas estaban bromeando acerca del muerto y de otros asuntos y también la viuda comentaba que a su amado le gustaba el agua de coco, pero también hizo memoria de lo que había pasado en el velorio de otro montubio llamado Ceferino él mismo que había sido compadre de don Nicasio y recordó que él les hizo salir de la sala del velorio para despedirse de él pero decía que en cuanto los presentes se retiraron de la sala se empezó a escuchar que tanto don Nicasio como Ceferino se reían lo cual causó pánico entre los presentes los mimos que bajaron corriendo al piso bajo, cuando ellos preguntaron qué sucedía don Nicasio apareció en la ventana abrazado con Ceferino y don Nicasio les dijo que no se alarmen que él solo se estaba Despidiendo de su compadre y que subieran sin ningún temor entonces cuando subieron Ceferino ya estaba en su ataúd, pero según recordaba la anciana todavía tenía en la cara una mueca de risa. Otra historia era la del supuesto pacto que don Nicasio había hecho con el diablo y que lo había hecho sobre una piel de ternero que había nacido por lo que en nuestros tiempos se denomina como cesárea es decir habiéndole el vientre de la madre, se decía que estaba escrito con sangre de una doncella menstruad y que don Nicasio lo había enterrado en un cementerio para que el demonio no le pueda cobrar su alma pues cada vez que Luzbel venía a cobrar el trato don Nicasio le decía "tráeme el documento para pagarte" y como Luzbel no podía entrar al cementerio no podía cobrar el alma de don Nicasio pero se desquitaba haciéndolo vivir largamente y por más que don Nicasio quería morir no podía pues el demonio no lo permitía. Y como no podía ser de otra manera se habla de la paga que Luzbel le habría dado a don Nicasio por su alma y se decía que habían sido tierras, vacas, mujeres y lo más asombroso era su hacienda la "La Hondura" que según se decía antes de que don Nicasio la comprara no era más que un pantano pero que en cuanto el habría hecho pacto con el diablo se habría secado el pantano y salido la tierra fértil. Don Nicasio se había casado tres veces las dos primeras mujeres estaban ya bajo tierra y aunque la última aún vivía, lo hacía postrada en un cuarto grande de su hacienda además don Nicasio había tenido romances en muchos lugares era por eso que él se jactaba de que él tenía un número de hijos similar a los granos que tiene una mazorca que según él para que "No se acaben los Sangurimas" Pero en realidad don Nicasio conservaba una respetuosa memoria a sus dos fallecidas esposas, las había enterrado en su hacienda pero luego exhumó sus restos y los puso en una cajita debajo de su cama y una vez al año los limpiaba respetuosamente con alcohol, él tenía un ataúd para él éste era muy elegante y lo tenía forrado con papel periódico. Don Nicasio decía que por las noches los espíritus de sus esposas muertas se le aparecían y que se acomodaban una a cada lado de su cama y que no le daba miedo pues como el ya las conocía hasta se atrevía a sobajearlas.
El caserío de la hacienda era bastante grande pues estaba compuesto de dieciséis casas de madera y zinc las mismas que rodeaban a la casa grande y central que era en la que viva don Nicasio pero para la repartición de bienes cuando éste muera estaba dispuesta ya que Ventura, su hijo mayor, sería quien reparta los bienes según la última disposición de su padre.
La llamada "Casa grande" estaba situada a la orilla del río fue construida de acuerdo con las instrucciones de don Nicasio era muy grande con muchas ventanas para que ingrese la luz, techada de teja y su sótano servía para almacenar los granos de la hacienda además tenía un mirador desde este, don Nicasio disfrutaba de una vista privilegiada ya que era muy hermosa y daba una vista general de la parte central de la hacienda y de su contenido.
Don Nicasio contaba a sus nietos los problemas que había tenido que pasar cuando el consejo provincial se dio cuenta que no eran sus tierras y de cómo había matado a dos delegados del consejo en el río, también decía que había contratado a un abogado en Guayaquil muy bueno pero que al poco tiempo murió entonces decidió que uno de sus hijos sea abogado pero, decía que el pobre era bruto de nacimiento y que había tenido que pagar mucho dinero a los directores del consejo para que al final en una sesión lo reconozcan como dueño absoluto de las tierras.
El primer hijo legítimo de don Nicasio era Ventura Sangurima al mismo que le decían "El acuchillado" debido a que tenía la cara cortada, también le decían "Cara de caballo" en fin le decían muchas cosas, en cuanto a su aspecto físico era terrorífico ya que era de cara larga y flaca, barba encorvada, pero en el fondo era un "pobre diablo" pues carecía de criterio propio solo vivía para obedecer ciegamente a su padre; Seria tal vez porque tenía un trauma desde pequeño pues no podía olvidar que su padre cumplía con sus amenazas a tal punto de que cuando era pequeño don Nicasio lo había hecho azotar cincuenta veces con un peón negro y a los cuarenta azotes Ventura se había desmayado y el peón había preguntado a don Nicasio si seguía y éste le había respondido que siga aunque el hijo muriese en el transcurso, pero lo que más le dolía era que la falta había sido muy insignificante.
Estaba casado con una mujer de Daule que le había dado veinticuatro hijos en veinticuatro años de casado es decir un promedio de uno cada año solo tenía tres mujeres las cuales estaban en Guayaquil estudiando para monjas, solo vivan con ellos los dos últimos pues los demás aunque vivían se habían ya regado por la hacienda.
Trabajaba como un peón levantándose en la mañana y acostándose
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