Resumen "No Morderé" De Hermes Osorio

Resumen “No morderé” de Hermes Osorio

Durante la primera ronda del Mundial de Brasil 2014, en el partido Uruguay vs Italia, el delantero de la selección de Uruguay Luis Suarez mordió en el hombro al defensa de la selección de Italia Chiellini; se confirmó que este no era el primer caso donde el jugador tenia acciones como estas, pues antes había mordido dos jugadores más.

Algunos como el presidente de Uruguay José Mujica y la Asociación Uruguaya de futbol dieron por negado el hecho, pero la mayoría coincidió en que si debía ser sancionado pero que el castigo dado por la FIFA fue excesivo, opinando así que esta no está juzgando al futbolista como tal sino a la persona hasta el punto de prohibirle entrar a los estadios y toda actividad vinculada con el futbol por cuatro meses, pero aun así si permitían su venta a otro equipo.

Es obvio que un mordisco (según el lugar) no saca de un partido, ni da incapacidad para próximos juegos pues existen muchas más faltas que tienen mayor riesgo para el futbolista, en si se puede decir que la FIFA lo que mide es la amenaza a la sociedad. Piensan que la sociedad ya ha superado su pasado animal.

La acción de Suarez no está por dentro de la competencia del futbol como deporte, pues al morder al rival no se está buscando derrotarlo ya que en este caso la derrota se da por medio del anotar goles al rival; un mordisco no es una falta típica en el juego de futbol ni de ningún otro deporte.

Se cree que morder es una falta de educación, que el terapeuta lo puede corregir y que el impulso de morder al otro esta por fuera de la esfera humana.

“Un humano es un animal que ha dejado de serlo; incluso la expresión “animal” se emplea en el habla cotidiana para designar a alguien bruto, de comportamiento instintivo y grosero.”

Este mordisco nos llevó a un pasado que preferimos dar como desconocido, la dura sanción era necesaria para que la gente de bien pudiera dormir tranquila sabiendo que no somos lo mismo que Suarez, un enfermo que necesita ayuda psiquiátrica y merece un castigo.

Días después Suarez reconoció que efectivamente si había mordido a su colega y pidió disculpas públicas tanto para el afectado como para la sociedad prometiendo que no volvería a hacerlo, disculpas forzadas por el club dueño de los derechos del jugador, obviamente tratando de mantener su valor comercial.

Fue egoísta el acto y antideportivo pero en todo caso liberador, mostro claramente que por instante se puede dar un sacudón y salir de la domesticación que la sociedad sostiene y nos mantiene obedientes a sus objetivos.

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