Siempre apoyándome
Enviado por betopoetta • 13 de Octubre de 2014 • Informe • 899 Palabras (4 Páginas) • 190 Visitas
Siempre apoyándome.
Siempre era lo mismo con aquella mujer, jamás me dejaba hacer nada, absolutamente nada, si yo quería usar minifaldas o perforarme la lengua ¡ es muy mi problema!, que ella sea una mojigata apretada no quiere decir que su hija también lo sea. Y fue así como poco a poco la relación con mi madre se fue deteriorando, toda cosa que yo quería hacer, ella encontraba la manera de arruinarla o de hacérmela pasar mal.
Todas las tardes, llegando de la escuela, siempre me encerraba a mirar a los pajaritos que tenían un nido cerca de mi ventana, era eso o escuchar a mi madre gritar preguntando que si ya había echo la tarea; aunque en mi cuarto también había siempre un ruido, que con el paso del tiempo se fue volviendo muy incómodo, era el cantar de los pajaritos, al parecer la mamá pajarito cantaba más fuerte que nunca mientras sus hijos daban sus primeros aleteos.
A la mañana siguiente en el colegio, unos compañeros me invitaron a una fiesta y yo, sabiendo que mi madre no me iba a dejar ir, les dije que haría todo lo posible por asistir, que tenía demasiadas ganas de ir pero que mi madre era algo especial.
Camino a casa iba pensando la manera en como convencer a mi mamá de que me autorizara ir a la fiesta, es decir, no íbamos a hacer nada malo, lo único que yo quería hacer es convivir con gente de mi edad y pasarla bien, creo que soy lo suficientemente responsable para no cometer una tontería como las que cometen los adolescentes hoy en día, sé cuidarme sola. Pero a quién engañaba, todos sabíamos que mi madre no iba a darme permiso.
Cuando llegué a mi casa y subí a mi cuarto me lleve una gran sorpresa, una nota estaba en la cama que decía “Cariño, iré a visitar a una amiga de la infancia, al parecer está muy grave en el hospital. No regresaré hasta en la madrugada, la comida está en el refrigerados. Besos” No lo podía creer, todo se estaba dando de manera exitosa, mi madre no estaba en casa y yo podía ir a la fiesta sin ningún problema y estar en casa antes de que ella regresara. Estaba muy emocionada, no podía creerlo, por primera vez iba a disfrutar de estar con mis amigos, me encontraba un poco preocupada por el echo de desobedecer a mi madre, pero después pensé, no creo que se de cuenta, al parecer todo iba a ser un día normal, bueno no tan normal, la familia de pajaritos que siempre cantaba cuando yo llegaba a casa ahora se encontraba totalmente callada, eso me hizo estar alegre.
Al caer la noche salí en busca de disfrutar la tan esperada fiesta y cuando llegué, Flavio, el chico más apuesto de la generación no tardo en invitarme a bailar y yo por supuesto que accedí. Todo iba muy bien, en verdad me la estaba pasando bien hasta que él empezó a propasarse con sus manos y me empezó a hacer sentir incomoda. Por supuesto que le dije que no me gustaba que me tratara de esa
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