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El relato que se presenta se ambienta en la provincia de Buenos Aires, a mediados del siglo XIX, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.

La maestra Clara Dezcurra tiene a su cargo una escuela ubicada en el mismo predio en donde funciona un matadero de ganado clandestino. Sus alumnos son los soldados federales del ejército de Rosas. Con la oposición, en un primer momento, de Domingo Faustino Sarmiento, y luego con su aprobación, instaura un nuevo método de composición en torno al tema «la vaca», buscando que sus alumnos escriban sobre sus vivencias.

Después de haber leído "Maestras Argentinas: Clara Dezcurra, puedo decir que todo esta demostrado que el poder absoluto impide toda transformación.

Creo que esto se debe a que en la sociedad de esa época, solo se hacia lo que las personas de mayor poder querían que se hiciera, lo que provoca que las demás personas que no pensaban de igual manera y defendían sus ideales, no pudieran vivir, ni expresarse libremente, por ello debían exiliarse o relacionarse a escondidas con sus pares del lugar o con personas que radicaban en el extranjero que tenían sus mismos pensamientos. Las crueldades sucedían debido a que los seguidores del gobierno eran manejados por el miedo y el hambre provocado por las autoridades. Por el contrario, los unitarios eran los representantes de la libertad de ideas, el honor, el valor y la dignidad.

Si bien, el poder absoluto impide toda transformación, también tengo en cuenta que se pueden realizar pequeñas transformaciones. Este texto también expresa lo que Fontanarrosa pensaba, Habrá un día, sólo Dios puede saberlo, en que nuestro país se quitará de encima la influencia europea, y quizás entonces usted sea una precursora", a mi entender deja en claro que por más poder que impida las transformaciones llegará el día en que se podrán realizar. Como lo trata de expresar Griselda Gambaro: " con su “yo me callo pero el silencio grita”, señala que de alguna manera el poder de todos modos fracasa con su imperativo de sumisión total, mientras se le oponga aunque sea una sola e inerme criatura. En resumidas cuentas, esto ha pasado siempre en la historia, donde los vencidos nos salvan. Ellos, a quienes el poder no oye, gritan aún para mantener alerta lo mejor de la condición humana, nuestra conciencia".

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