Titulo: clase social de supervivencia

UNIDAD EDUCATIVA EUGENIO ESPEJO

NOMBRE: Andrea Tamayo

CURSO: Primero bgu”B”

Fecha: 29/10/15

  Tema:ensayo libro huasipungo

Titulo: clase social de supervivencia

Introducción:

 Por lo general en este planeta tierra se ha definido una clase social en cada continente,país,ciudad hasta llegar a un pequeño pueblo. Hablar sobre este tema en particular nos hacer reflexionar sobre como somos tratados y tratamos a los demás. Basandonos en lo que dice la historia se ha definido una clase social desde la antigua Mesopotamia que estaba gobernada por reyes, podemos definir una clase social ya sea por el aspecto económico , color de piel como en los tiempos antiguos y muchas veces regido por la iglesia.Como decía mario Benedetti” Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse”. Abordare este tema ya que transcurren los años y las clases sociales siguen y seguirán definiendoce y para crear una refleccion al lector.

Desarrollo:

Según pasan los años los seres humanos nos volvemos mas insensibles y tal parece que en un futro según piensamientos de las personas comunes esto seguirá ya que mientras exista el dinero y una mentalidad no tan formada ni in cluitiva seguirán las clases sociales hasta final de nuestra raza. La violencia que se da gracias a esto lo podemos ver a diario cuando nuestro compañero le dice negrito o mreno en ves de su nombre ya que nos concentramos a juzgar a las personas según su dinero su compartamiento su etnia cultura costumbres donde vive como vive como son sus padres religión  incluso por calificaciones que nos dan el colegio escuela etc. Las personas deberíamos ver mas adentro de las personas en su alma conociéndolas preguntando ayudándolas dándoles nuestra mano y tener en mente que todos somos iguales somos hermanos y debemos ayudarnos a progresar.

EN el libro huasipungo podemos constantar que andres chillinga pasa por bastantes adversidades por su color de piel y etnia mientras que el dueño de la hacienda Alfonso Pereira lleva una muy buena vida por su gran estatus económico, tanto es su orgullo de tener dinero y no ser indio que trata de seducir  a la esposa de andres chillinga  a cunshi que dignamente se gana su dinero siendo nana de la hija de Alfonso Pereira , también podemos ver que andres pierde una pierda por irse a trabajar a un monte ya que se siente olvidado por cunshi por que no la veía debido a su arduo trabajo en la hacienda  Asimismo, la mayoría de los indios es enviada a construir una carretera con la cual los amos, el inversionista extranjero, el juez y el cura del pueblo serán los únicos beneficiados. En cambio, Chiliquinga ha sido encargado para ayudar en las obras junto con sus compañeros, lo que los obliga a soportar largas jornadas de trabajo y la actitud despótica del capataz, incluso hasta arriesgar sus vidas y perderlas. Chiliquinga, desesperado, debe afrontar una vez más la evidente separación de los mundos de blancos e indios; su esposa muerta no puede ser enterrada en el cementerio de la iglesia si el cura párroco no recibe una fuerte suma. Andrés roba entonces una res para conseguir el dinero que garantizaría el entierro de Cunshi, pero es severamente castigado por el patrón. Lleno de indignación, Andrés congrega a la indiada enardecida, y se desatan la violencia, la venganza y el asesinato, descargando así el cúmulo de odio y rencor tanto tiempo reprimidos. Andrés toma desquite del teniente político y de don Alfonso, cuya hacienda él y los suyos asaltan, pero en donde no había nadie, pues los amos han huido a Quito. Ya sólo quedan unos pocos rebeldes, entre ellos Andrés Chiliquinga y su hijo, quienes se refugian en una choza junto con otros compañeros. De repente, advierten que el techo es pasto de las llamas; ese incendio es el preludio de una muerte segura. En un heroico alarde de orgullo y soberbia, Andrés torna a su hijo en brazos y, angustiado se entrega a las balas gritando: "¡Ñucanchic huasipungo” De pronto, como un rayo, todo enmudeció para él, para ellos.

El párrafo final, lleno de poesía, denuncia el abuso, la opresión, el sufrimiento ancestral, y documenta la desesperada voluntad de luchar para terminar definitivamente con ello: "Al amanecer, entre las chozas deshechas, entre los escombros, entre las cenizas, entre los cadáveres tibios aún, surgieron, como en los sueños, sementeras de brazos flacos como espigas de cebada que, al dejarse acariciar por los vientos helados cielos páramos de América, murmuraron en voz ululante de taladro: "¡Ñucanchic huasipungo”

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