Todo Se Vale

Siempre habrá dos formas de tomar la vida: enfocando tu energía hacia la luz para que ilumine el mismo camino que tus pies buscan en la arena, o enfocar tu vida hacia la oscuridad, en donde no queda de otra más que echar mano de la luz de otros para iluminar tu propia penumbra (que ocasiona que te chuces los pies con espinas).

En esta vida, señores, no nos queda de otra, más que buscar vivirla en paz, con el mundo y con nosotros mismos. Aceptar que todo lo que sucede son ganancias que eventualmente rendirán los frutos. Comprender que nada es tan grave ni trascendental, que nada es necesario más que el oxígeno y que en este camino sólo algunos nos duran en nuestro marco del “para siempre”.

Algunos parten primero, otros parten después, está en nosotros hacer las paces con decir adiós y cerrar los capítulos sin resentimientos y amor en el corazón.

“Saber decir adiós, es crecer”, Gustavo Cerati.

Por eso, lo mejor es disfrutar; disfrutar de un dolor, disfrutar de un desamor, disfrutar de que somos capaces de sentir, de que somos capaces de respirar, para así, cuando lleguen esos premios que la vida nos da, podamos ser felices hasta las lágrimas, reír tanto que el oxígeno se acabe, abrazar tan fuerte que nuestro cuerpo tiemble. Ser tan, pero tan feliz, que todo valga la pena con tal de vivir ese momento.

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