Tomas Carrasquilla
Enviado por daniel20002507 • 8 de Febrero de 2014 • 665 Palabras (3 Páginas) • 363 Visitas
Carrasquilla revela ya una mayor conciencia artística que los autores anteriores. Lo importante de este cuento no es tanto la trama con su desenlace inesperado, sino la creación del ambiente de un pueblo y de una ciudad provinciana de fines del siglo xix. El autor logra captar el espíritu religioso y el ritmo soporífico de la vida colombiana de esa época con un estilo que corresponde al asunto a las mil maravillas. Las oraciones suelen ser muy largas debido al uso de: 1) series de adjetivos o de frases paralelas: “Sobre tan buenas partes era Damiancito sumamente rezandero y edificante, comulgador insigne, aplicado como él solo dentro y fuera de la escuela, de carácter sumiso, dulzarrón y recatado”; 2) combinaciones bimembres a base de “y” y hasta palabras bimembres “rodillijunto y patiabierto” y “ojicerrado”; 3) la repetición del mismo vocablo: “y toda, toda ella se dio a los asuntos de iglesia y sacristía”; “aquella alma que había de remontarse serena, serena”; “y discurriendo, discurriendo cómo rompería la diabólica maraña”; 4) la aliteración: “repicar recio”; “prendas tan peregrinas como edificantes, fueron poderosas...”; “cual astro de sabiduría y santidad”. Además del ritmo soporífero, la prosa de Carrasquilla se distingue por su sabor popular derivado del uso de giros pintorescos y arcaicos y de una variedad de diminutivos y de otros sufijos: 1) “La no mucha abundancia de su protectora”; “una vez adquiridos los dineros, no se durmió Aguedita en las pajas”; “un curita de misa y olla”; “Juancho le consiguió con mucha rebaja los textos y útiles en la Librería Católica, y cátame a Periquito hecho fraile”; “unos ñoes”; 2) San Antoñito, Aguedita, Damiancito, curita, pasadita de edad, intriguillas, mocosuelo aviejado y paliducho —una figurilla, el santico, holgadillos, sonrisilla.
Carrasquilla crea el ambiente ultrarreligioso de la vida provinciana con el propósito de burlarse de él. Aunque el fin es inesperado, hay indicaciones anteriores que sólo tienen significado para los que conocen a Carrasquilla. El mismo título indica que el protagonista va a ser adorado por todas las mujeres. Por mucho que su actitud pasiva justifique su apodo, hay alguna que otra nota que hace sospechar al lector de que no se trata exclusivamente del amor religioso: “en quien vino a cifrar la buena señora su cariño tierno a la vez que extravagante, harto raro por cierto en gentes célibes y devotas”. Se habla de las “seducciones” de Aguedita y de “la seducción del santo”. La insinuación más directa, e irónica a la vez, del desenlace se nota en la frase de Fulgencia: “y esa modestia: ni siquiera por curiosidad ha alzado a ver a Candelaria”, seguida de un párrafo que explica cómo las señoras vigilaban a la bien parecida Candelaria contra las asechanzas de los hombres. La nota del amor sensual que hace contraste con la fealdad ascética de Damián
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