Trabajo Conde Lucnor
Enviado por adriandiazrua • 23 de Mayo de 2014 • 3.794 Palabras (16 Páginas) • 264 Visitas
Índice :
1.- El argumento de los siguientes ejemplos; II, III, IV, X, XI, XVI, XX, XXII, XXIV, XXV, XXIX, XXXII, XXXV, XLV, XLVIII y L.
2.-Determina la estructura interna de los cuentos citados. (Recuerda; cada cuento tiene 3 secuencias y éstas, a su, vez, se dividen en tres).
3.- Analiza los elementos desmesurados y exagerados que aparecen en los ejemplos XLII, XXXV.
4.- Don Juan Manuel en el prólogo del Conde Lucanor manifiesta el propósito por el que escribe esta obra y el recurso empleado:
4.1) ¿Cuál es ese propósito? Justifica tu respuesta.
4.2)¿ Cuál es el recurso utilizado por Don Juan Manuel para conseguir su propósito?
5.- Don Juan Manuel, refleja en el libro, El Conde Lucanor, el concepto de la vida de un aristócrata cristiano y el culto del comienzo del s. XIV. Asimismo, en su libro trasluce el espíritu utilizado de la burguesía.
- ¿En dónde se manifiesta este espíritu utilitario?.
6.- Los personajes de los distintos “cuentos son modelos arquetípicos con escasa o nula individualidad.
- Cita los diversos personajes protagonistas de los cuentos que aparecen incluidos en los ejemplos de El Conde Lucanor.
1.- El argumento de los siguientes ejemplos; II, III, IV, X, XI, XVI, -XX, XXII, XXIV, XXV, -XXIX, XXXII, XXXV, XLV, XLVIII y L.
Ejemplo II: Lo que sucedió a un honrado labrador con su hijo.
El conde Lucanor hablaba con su consejero personal, Patronio, acerca de un caso que le había sucedido, para pedir su opinión.
El conde estaba preocupado por una cosa que si la hacía mucha gente le criticaría; pero si no lo hacía, también lo criticarían mucha gente. Patronio le aconsejo con este cuento: Un labrador tenía un hijo. Un día padre e hijo fueron al mercado del pueblo más cercano a comprar y llevaron una bestia de carga. Los dos iban andando y la bestia sin montura. Se cruzaron con unos hombres que les dijeron que como iban andando y la bestia sin carga. El hombre le preguntó al hijo si ellos tenían razón y este asintió y se montó en la bestia. Al rato pasaron otros hombres que criticaron al chaval por ir montado y no dejar a su padre montar, ya que él era más viejo. El chaval accedió a dejar a su padre la montura. Después se encontraron con otros hombres que les dijeron que un joven sin estar acostumbrado a los cansancios no debía ir andando, y dejar a su padre que era más fuerte. Éste subió y se montaron los dos. Finalmente, se cruzaron con otros paseantes que les amonestaron por llevar sobrecargada a la bestia, entonces se bajaron de nuevo los dos. El padre le explicó a su hijo que no hay que pensar en lo que dicen los demás sino en lo mejor para ti. El conde se dio cuenta con este ejemplo que debía hacer lo mejor sin pensar en lo que digan los demás.
Ejemplo III: Del salto que dio en el mar el rey Ricardo de Inglaterra peleando contra los moros.
Un día, el conde de Lucanor, pidió consejo a su consejero Patronio, sobre cómo podía salvar su alma debido a su estado.
Patronio, le contó, como un ermitaño, preguntó a Dios si se iba a salvar o no, Dios le respondió que sí. El ermitaño le preguntó quien iba a ser su compañero en el paraíso; Dios le dijo que sería el rey Ricardo. El ermitaño no lo podía entender, como una persona que no había tenido vida de santo, se pudiera salvar; un ángel le explicó una hazaña: el rey Ricardo, junto con los franceses, fue a luchar por Tierra Santa, y vieron a muchos moros y no se atrevieron a ir a por ellos, debido también a que estaban cerca del puerto (en el mar) aunque era lo suficientemente hondo como para ahogarse, pero el rey Ricardo, se montó en su caballo y se echó a la mar, el Señor le ayudó para que no se muriera. Los demás, ingleses y franceses, le vieron y todos se echaron al agua, los moros al ver que no tenían miedo a al muerte, salieron corriendo.
El conde, después de oir esto se lo agradeció a Patronio. Patronio le dijo que para salvar su alma, tenía que ir a luchar por Dios. Que Dios se lo agradecería y se salvaría.
Ejemplo IV: Lo que dijo un genovés a su alma al morirse. Trata de un genovés muy rico que hizo traer a su familia y riquezas antes de morir y hablar con su alma; para preguntarle porque le abandonaba si lo tenia todo. Patronio le da como consejo al Conde que no se aventure y que conserve lo que tiene.
Ejemplo X: De lo que sucedió a un hombre que por pobreza y falta de otra cosa comía altramuces.
En este ejemplo el conde Lucanor le propone como problema a Patronio, que a pesar de que Dios ha hecho muchas cosas buenas por él, como su hacienda por ejemplo, se siente apremiado por la pobreza. Entonces Patronio para darle su consejo, le cuenta la historia de dos hombres que fueron muy ricos. Cuando uno de ellos era tan pobre que mientras se acordaba de su riqueza y ahora era tan pobre y se moría de hambre que tenía que comer altramuces.
Mientras los comía y lloraba tiraba las cortezas al suelo y cuando se dio cuenta de que tenía un hombre a su lado que le dijo que era mucho más rico que él y ahora tenía que comerse las cortezas que él tiraba. Cuando vio que lo del era peor, entendió que había gente más pobre que él.
Y con este consuelo se esforzó y buscó manera de salir de aquella pobreza.
Ejemplo XI: Lo que sucedió a un deán de Santiago con don Illán, el mago de Toledo.
El conde Lucanor hablaba con su consejero, Patronio, acerca de un caso que le había sucedido para pedir su opinión. El conde, dándole consejo a un amigo conseguirá algo para su provecho pero mientras se lo da, el otro no lo complace y entonces piensa si debe terminar de ayudarlo. Patronio le ayuda con este cuento: Un deán de Santiago quiere aprender la nigromancía y habla con un mago de Toledo. El deán le promete que si le enseña, él le recompensará. El deán aprendió el arte de la nigromancía y este empezó a subir en la iglesia sin recompensar al mago e incluso el deán se convirtió en papa olvidándose de su promesa de cumplir con su palabra y el pobre mago se quedó como estaba y volvió a Toledo. Patronio le explicó que no valía la pena ayudar a esa persona por que luego no le va a complacer.
Ejemplo XVI: La respuesta que dio el conde Fernán González a Nuño Laínez, su pariente.
Quería el conde Lucanor dejar sus obligaciones y descansar, entonces pidió consejo a Patronio, y éste le contestó con un ejemplo.
Nuño le dijo a su conde que descansara pues ya había hecho bastante en su vida, pero el conde Fernán le respondió que no lo haría, pues de hacerlo perdería la honra y el reconocimiento póstumo.
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