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Trabajo De Lengua


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2012  •  738 Palabras (3 Páginas)  •  429 Visitas

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“CARPE DIEM”

ESJA-NZ José Martí 3r Año del grupo nocturno

Rama de humanidades

“CARPE DIEM”

Docente: Lic. Carlos Germán Sedano Fecha de entrega:

Alumno: Matías Ledesma Barbalace 17 de Agosto de 2012

Todas las historias tienen un comienzo. La mía comienza con un final.

Era una tarde gris de invierno. El frío vaciaba las calles y el ruido de los coches ensordecía a los pocos peatones que se atrevían a salir de sus casas.

Laura y yo caminábamos juntos por las Ramblas de Barcelona. Solíamos frecuentar mucho esa parte de la ciudad, a Laura le encantaba mirar a las estatuas humanas, aquellos artistas callejeros que intentaban mantener una postura inamovible a cambio de unas pocas monedas. Pobres, en pleno invierno les era difícil ocultar los temblores que les producía el frío.

Aquella tarde caminábamos separados, sin tomarnos de la mano como solíamos hacer. Habíamos tenido una discusión estúpida cuyo contenido era tan nimio que no lograba recordarlo. Laura estaba enojada conmigo, así que no me dirigía ni una palabra. “Ya se le pasará” pensé. “No puede estar enojada por siempre”

Nos acercábamos a la Residencia de la tercera edad donde trabajaba Laura. Ella se encargaba de cuidar de los pobres ancianos que habían sido abandonados por sus familias bajo la excusa de la falta de espacio o de tiempo, o incluso diciendo que “En la residencia estará mejor”. Laura era muy querida en la residencia, sabía cómo sacar una sonrisa a los ancianos y siempre intentaba alegrarles un poco el día.

Estábamos justo en frente de la residencia, solo nos faltaba cruzar la calle para entrar en el recinto. No sé qué pensamientos distraerían la mente de Laura en ese momento y la llevarían a cometer tal imprudencia. El semáforo estaba en verde y aquel hombre conducía como un loco, por la estúpida idea de llegar a su casa 4 minutos antes.

Cuando me quise dar cuenta el cuerpo de Laura yacía tirado en la cuneta. Estaba muerta. El coche la había atropellado.

En aquel momento no podía pensar en nada. Era como si el tiempo se hubiese parado para mí. La gente gritaba y corría hacia el cuerpo. Yo simplemente me quedé mirando, mis músculos no se movían, mi cuerpo no reaccionaba. En unos segundos había perdido una parte de mi alma.

Recuperé la conciencia cuando la ambulancia llegó. Me dieron

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