ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Trabajo Practico de Literatura


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2021  •  Trabajo  •  2.402 Palabras (10 Páginas)  •  189 Visitas

Página 1 de 10

Trabajos Prácticos Compensatorios. 2do.trim. 2020

El material de lectura que no está dentro de las actividades se encuentra en su totalidad en la biblioteca de Edmodo, carpeta 5to.2020.

Actividad 1- Guía de preguntas sobre el material teórico.

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra 

  1. Buscá en el diccionario el significado de las siguientes palabras y regístralo en tu hoja.

linaje – vigor – paradigma – exótico – coexistir – arcaizante – hidalgo – enclenque – rústica – errático – peripecia – arábigo – morisco – sarcástico – anacrónico –  periplo -

  1. Explicá cuál es el objetivo que se propuso Cervantes al escribir el Quijote. ¿Por qué lo hace? ¿Cómo logra ese objetivo?
  2. Explicá por qué el homenaje que  Quijote le rinde a  su amada Dulcinea parodia la novela caballeresca.
  3. Determiná las diferencias entre la primera parte y la segunda parte de la novela.  
  4. ¿Qué papel cumple la lectura de libros de caballerías en el Quijote?
  5. Explicá cómo se logra que Don Quijote sea un héroe, pero no un caballero.
  6. Describí cómo se  desarrolla el periplo de este héroe.
  7. ¿Cuál o cuáles te parecen son el o los motivos de la trascendencia del personaje y de la obra?

Actividad 2-  Comprendo y analizo:   Capítulo XXII de  Don Quijote.

               Las siguientes actividades son sobre la base del Capítulo XXII de Don Quijote que se encuentra en la biblioteca de Edmodo  junto con su glosario. propuestas.

1. Transcribí las citas en las que don Quijote menciona por qué decidió ser un caballero andante.

2. Enumera los delitos por los que los galeotes (prisioneros) son conducidos a prisión.

3. ¿Qué piensa don Quijote al ver a los galeotes  encadenados? ¿Y Sancho?

4. ¿Cuáles son los argumentos que utiliza Quijote para justificar el pedido de liberación de los prisioneros?

5. Explicá con tus palabras cada una de las siguientes afirmaciones y da ejemplos del fragmento que sirvan para justificar.

Los episodios narrados en este capítulo nos muestran…

a-  La mirada crítica del autor con relación al sistema carcelario de su tiempo.

b- El sinsentido de los gestos heroicos de don Quijote, pues sus “hazañas” siempre terminan perjudicándolo a él y a quienes lo rodean.

c- Que el amor es, en definitiva, el móvil más profundo de todas las empresas  que enfrenta Quijote.

 Actividad 3- Realismo- La intrusa de Jorge Luis Borges.  (El informe de Brodie, 1970)

 Leer el siguiente relato y realizar las actividades propuestas.

2 Reyes, i, 26.

Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristián, el mayor, que falleció de muerte natural, hacia mil ochocientos noventa y tantos, en el partido de Morón. Lo cierto es que alguien la oyó de alguien, en el decurso de esa larga noche perdida, entre mate y mate, y la repitió a Santiago Dabove, por quien la supe. Años después, volvieron a contármela en Turdera, donde había acontecido. La segunda versión, algo más prolija, confirmaba en suma la de Santiago, con las pequeñas variaciones y divergencias que son del caso. La escribo ahora porque en ella se cifra, si no me engaño, un breve y trágico cristal de la índole de los orilleros antiguos. Lo haré con probidad, pero ya preveo que cederé a la tentación literaria de acentuar o agregar algún pormenor.

En Turdera los llamaban los Nilsen. El párroco me dijo que su predecesor recordaba, no sin sorpresa, haber visto en la casa de esa gente una gastada Biblia de tapas negras, con caracteres góticos; en las últimas páginas entrevió nombres y fechas manuscritas. Era el único libro que había en la casa. La azarosa crónica de los Nilsen, perdida como todo se perderá. El caserón, que ya no existe, era de ladrillo sin revocar; desde el zaguán se divisaban un patio de baldosa colorada y otro de tierra. Pocos, por lo demás, entraron ahí; los Nilsen defendían su soledad. En las habitaciones desmanteladas dormían en catres; sus lujos eran el caballo, el apero, la daga de hojas corta, el atuendo rumboso de los sábados y el alcohol pendenciero. Sé que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda, de las que nunca oirían hablar, andaban por la sangre de esos dos criollos. El barrio los temía a los Colorados; no es imposible que debieran alguna muerte. Hombro a hombro pelearon una vez a la policía. Se dice que el menor tuvo un altercado con Juan Iberra, en el que no llevó la peor parte, lo cual, según los entendidos, es mucho. Fueron troperos, cuarteadores, cuatreros y alguna vez tahúres. Tenían fama de avaros, salvo cuando la bebida y el juego los volvían generosos. De sus deudos nada se sabe y ni de dónde vinieron. Eran dueños de una carreta y una yunta de bueyes.

Físicamente diferían del compadraje que dio su apodo forajido a la Costa Brava. Esto, y lo que ignoramos, ayuda a comprender lo unidos que fueron. Malquistarse con uno era contar con dos enemigos.

Los Nilsen eran calaveras, pero sus episodios amorosos habían sido hasta entonces de zaguán o de casa mala. No faltaron, pues, comentarios cuando Cristián llevó a vivir con él a Juliana Burgos. Es verdad que ganaba así una sirvienta, pero no es menos cierto que la colmó de horrendas baratijas y que la lucía en las fiestas. En las pobres fiestas de conventillo, donde la quebrada y el corte estaban prohibidos y donde se bailaba, todavía, con mucha luz. Juliana era de tez morena y de ojos rasgados; bastaba que alguien la mirara, para que se sonriera. En un barrio modesto, donde el trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal parecida.

Eduardo los acompañaba al principio. Después emprendió un viaje a Arrecifes por no sé qué negocio; a su vuelta llevó a la casa una muchacha, que había levantado por el camino, y a los pocos días la echó. Se hizo más hosco; se emborrachaba solo en el almacén y no se daba con nadie. Estaba enamorado de la mujer de Cristián. El barrio, que tal vez lo supo antes que él, previó con alevosa alegría la rivalidad latente de los hermanos.

Una noche, al volver tarde de la esquina, Eduardo vio el oscuro de Cristián atado al palenque En el patio, el mayor estaba esperándolo con sus mejores pilchas. La mujer iba y venía con el mate en la mano. Cristián le dijo a Eduardo:

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (14 Kb) pdf (5 Mb) docx (5 Mb)
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com