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Tres Deseos


Enviado por   •  16 de Agosto de 2013  •  1.735 Palabras (7 Páginas)  •  414 Visitas

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Desde que su novio rompió con ella, Viola ha pasado

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los días deseando en silencio volver a tener a alguien que

la quiera y, lo que es más importante, volver a ser parte de

algo. Hasta que un día, sin darse cuenta, llama a un genio

de otro mundo, que se quedará en el suyo hasta que la

chica pida tres deseos. Genio está ansioso por regresar a

su casa, pero a Viola le aterra desear, tiene miedo de no

pedir lo correcto. Conforme los dos van pasando tiempo

juntos, la línea entre amo y criado empieza a desdibujarse

y Genio no tardará en reconocer que está enamorado de

Viola.

TRANSCRITO POR LOS ANGELES DE CHARLIE

Viola Cohen

Todo lo que he aprendido hoy en la clase sobre Shakespeare es que a

veces tienes que enamorarte de la persona equivocada para encontrar a la

correcta. Una lección más útil hubiera sido que a veces la persona adecuada no

te corresponde. O que a veces la persona adecuada es gay. O que a veces tú

mismo no eres la persona adecuada.

Gracias por nada, Shakespeare.

Finjo que sigo la lectura; la clave está en mirar a la profesora de vez en

cuando para parecer interesada, pero en realidad estoy contemplando al chico

que hay a mi derecha. Está sentado repantigado en su silla, con la boca medio

abierta y viste un abrigo negro lleno de imperdibles. Las puntas de su pelo son

de color morado y en cada oreja lleva una hilera de pendientes. Es uno de esos

punkis, aunque algunas veces se mueve con los que van de skaters.

Me aprieto un poco los ojos para ver borrosa su cara. No me cuesta nada

imaginar cómo le pintaría si dejo que sus rasgos se difuminen. Se me mueven

las manos, que anhelan sujetar un pincel en vez de un lápiz. Un pincel abanico,

probablemente, para las puntas moradas y le añadiría unos cuantos tonos

grises debajo de los ojos para tratar de capturar esa mirada adormilada y

adusta que por lo visto tienen los punkis.

Todos en la clase pertenecen a un grupo cerrado u otro. Hay unas

cuantas chicas guapas, unos cuantos drogatas, un par de chicos inteligentes y

un buen puñado de emos con pulseras de plástico. Los he estado observando

el semestre entero para intentar entender su aspecto, sus movimientos, sus

voces... y luego he intentado pintarlos a todos. Como si al plasmarlo en un

lienzo, tuviera la clave del misterio social sobre lo que les hace pertenecer a

algo más grande que ellos mismos. Si pudiera descubrir por qué se encasillan,

podría averiguar por qué yo no lo hago, por qué me he convertido en una chica

invisible. El tipo de chica que tiene unos pocos amigos y un montón de

conocidos, pero no pertenece a nada en concreto. Supongo que ser invisible es

TRANSCRITO POR LOS ANGELES DE CHARLIE

mejor que fingir formar parte de algo, pero no te hace sentir menos solo.

—¿Así que en resumidas cuentas, la moraleja de esta obra es: Espera a

ver a la persona desnuda antes de enamorarte por si acaso no tiene el...

equipo esperado? —dice una voz desde el otro lado del aula y la clase, que

antes estaba amodorrada (yo incluida), se vuelve para prestar atención al que

ha hablado.

—Dice algo más que eso, Aaron, pero... sí —contesta la señorita Collins

con dos dedos en su sien derecha. Es una profesora joven y siempre parece

asustada cuando le toca hablar de sexo.

Aaron se encoge de hombros.

—Creo que le voy a empezar a pedir a las chicas que se desnuden antes.

Todos nos reímos por lo bajo y la profesora se ruboriza. Aaron sonríe de

esa forma que normalmente vemos en los príncipes de Disney. Es el único que

conozco que podría decir esa frase sin recibir un castigo a cambio. También es

el único que conozco que no sé cómo se las apaña para formar parte de todo.

Sus amigos son los líderes de todos los grupos cerrados, los guapos y famosos

del instituto que tienden a atraerse entre sí, la Familia Real. Trato de

imaginarme cómo serían los anchos hombros de Aaron en acuarela. Ojalá

averiguara su secreto, cómo formar parte de todo. Ojalá no me sintiera

invisible.

Suspiro y me pregunto si tendré la mala suerte de ir caminando a casa

bajo la lluvia como pasó ayer, y me vuelvo hacia la izquierda para echar un

vistazo por la ventana.

Unos ojos de color castaño oscuro se cruzan por un instante con los

míos.

Reprimo un grito ahogado. Se supone que a mi lado hay un pupitre libre.

¿De dónde demonios ha salido?

Los ojos pertenecen a un chico de piel dorada que está sentado inmóvil

como un gato que se prepara para atacar a un ratón. Me está

...

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