UN SUEÑO DE AZÚCAR

UN SUEÑO DE AZÚCAR

Comenzaba la primavera, se veía como las flores brotaban de nuevo y la calidez del sol era como un abrazo. Era un lunes, tenía que ir a la escuela, mi madre siempre me despertaba y hacia un delicioso desayuno, mi padre con una sonrisa alegre y mi hermanito con un misterioso sueño todas las mañanas.

Al terminar de desayunar por la puerta entro Meisi mi mejor amiga, siempre estaba lista a las 8:00 en punto en mi casa para partir a la escuela conmigo. Meisi era una chica sencilla que aparentaba ser ruda, desde pequeña siempre cuido de mí, decía que le hubiera gustado que alguien cuidara de ella y por esa razón me protegía tanto del mundo real.

Al llegar a la escuela buscamos asientos juntas y poníamos atención, aunque la escuela no era lo de meisi le encantaban las clases de mi padre. Mi padre era maestro de historia, pero lo mejor de sus clases es que mezclaba la historia con la vida y nos enseñaba lecciones.

Al terminar la escuela íbamos directo a casa, ese día mis padres me dijeron que iríamos a visitar a una tía, yo amaba a mi tía, ella nos cuidaba a meisi y a mí de pequeñas y siempre nos daba dulces y juguetes. Meisi no pudo venir tenía que esperar a que llegara su mama y decidió quedarse, así que partimos.

Al llegar la recordaba igual que siempre con el oro de sus cabellos, la abracé muy fuerte y le dije que la había extrañado tanto, a lo cual me respondió:

-Sigues siendo mi pequeña inocente.

Todos a mí me describían como una soñadora a quien le gustaba ver lo bueno siempre de las cosas, una chica inocente quien no veía la realidad, siempre fui muy amable y cariñosa.

Por esa razón toda mi familia incluyendo a Meisi me protegían de lo que era la vida real, ellos dejaban que estuviera en mi propio mundo donde todo era de color rosa.

Pasamos un día increíble con mi tía, aunque algo me pareció raro ella no tenía dulces como antes, y toda su comida era baja en grasas lo cual no era común.

Al irnos un poco antes mi tía me hablo y me dijo ven mi niña, nos sentamos en su patio un lugar grande y hermoso, era muy rustico y tenía muchas plantas y flores alrededor, ahí se encontraba un columpio enorme, así que nos sentamos y me dijo:

-Sin importar que debes siempre creer en ti y en lo que piensas, no dejes que nadie te quite tus sueños ni te derrumbes.

Yo no tenía idea de porque me decía eso, en el camino de regreso mis padres estuvieron muy callados, sabía que me ocultaban algo, pero preferí no decir nada hasta llegar.

Meisi me estaba esperando, le conté del grandioso día que tuve con mi tía y también de mis sospechas de que mis padres ocultaban algo importante. Meisi me dijo que no presionara a nadie que si era algo importante debía esperar a que ellos me dijeran.

Pero yo no quise quedarme con esa duda y senté a todos en la mesa y cariñosamente les dije:

-Sé que me quieren decir algo y yo quiero escucharlos, son mis padres y los amo, pero esta duda de lo que me ocultan me consume.

Ellos solo bajaron la cabeza y mi madre respondió:

-Nunca te ocultamos nada hija si hay algo que tienes que saber, pero no es nuestro deber decirte.

Así que no insistí mas, solo les dije que me llevaran con la persona que me debía contar ese secreto.

Meisi me abrazo y me dijo:

-No te apresures a nada, como nos enseñó en la clase tu papa hoy, todo tiene su tiempo.

A la mañana siguiente mis padres dijeron que iríamos a un lugar y partimos, pero esta vez con meisi,

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