Violencia Infantil
Enviado por 3226 • 13 de Febrero de 2014 • 6.499 Palabras (26 Páginas) • 294 Visitas
VIOLENCIA INFANTIL
(INSEGURIDAD, VIOLENCIA Y DERECHOS HUMANOS)
Es fácil vivir con los ojos cerrados
Interpretando mal todo lo que se ve...
John Lennon.
INTRODUCCIÓN
Esta Preocupación por la Violencia no parece necesario justificarla y menos en la era nuclear. Recordemos además, que sólo la especie humana es capaz de destruirse y de ejercer su propia fuerza contra sí misma. Este comportamiento del ser humano ha de hacer reflexionar forzosamente a quienes se interesan por la paz. La violencia es de difícil justificación en nuestra época se ve al horizonte con las armas nucleares y su capacidad de destrucción.
El presente ensayo, en su contenido se basará primordialmente a los temas de inseguridad, violencia Infantil y Derechos Humanos, haciendo una relación entre estos tres puntos, en virtud de que al hablar de Inseguridad, su consecuencia inmediata seria la violencia, sin olvidarnos de los Derechos Humanos que son concedidos a todo ser humano por el simple hecho de serlo e indispensables para una vida digna.
El orden de desarrollo de este ensayo es; primeramente abarcare el tema de inseguridad, enlistando algunas definiciones en general y se puntualizará de igual manera se señalarán ciertas soluciones al problema de la inseguridad, propuestas por diferentes órganos de gobierno, partidos políticos, sociedad entre otros. En la parte medular se abarcara la violencia infantil, como son definiciones, clasificación de la violencia, lugar y modo en que se presenta la violencia al niño o niña, detección de la violencia, como identificar a los niños o niñas que han sido victimas de la violencia, factores con la violencia y sus causas, características del niño o niña que ha sufrido violencia y el agente agresor, consecuencias de la violencia y como ayudar a las victimas de violencia. La tercera parte se conforma por los derechos humanos.
Siendo estos tres temas muy interesantes, ya que el problema de la violencia y maltrato contra los niños y las niñas es universal, alarmante que necesita de medidas continúas de prevención y protección efectiva a escala, local, nacional e internacional.
INSEGURIDAD
DEFINICIONES eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
No debemos olvidar que la inseguridad es consecuencia de un “Estado de guerra” provocado psicológicamente por una percepción distorsionada o exagerada de la realidad, en la que no hay concordancia con el verdadero índice de criminalidad. Hay razón por la alarma social que provocan ciertos delitos que van en constante aumento, como los delitos de propiedad, sin embargo algunos de éstos provocan mucha alarma social no obstante su nivel relativamente bajo de violencia, como ocurre con los arrebatos de bolso y carteras, sólo porque son realizados por menores de edad organizados en grupos.
Paralelamente hay delitos que han aumentado en forma exagerada en relación con años anteriores, que afectan derechos básicos como la vida, pero que no provocan una alarma social proporcionada a esa gravedad.
De ahí entonces que haya un sentimiento generalizado en la ciudadanía para resolver problema de la delincuencia infantil y juvenil por medio de la confrontación y el castigo.
Sin embargo los distintos órganos de gobierno han propuesto un sin fin de soluciones, como lo son el aumento del número de policías o su militarización, no se traducen necesariamente en una mayor “seguridad ciudadana”. En primer término porque una gran cantidad de delitos de los que provocan alarma social no se realizan en las calles, pues ocurren en ámbitos de intimidad, al interno incluso de las familias o en sus oficinas y lugares cerrados. En segundo lugar, porque la eficiencia del sistema depende del buen funcionamiento de la totalidad de sus componentes (policía, jueces, sistema penitenciario, entre otros) y el subcomponente policía no actúa mejor cuando aumenta su número o cuando utiliza métodos militarizados en sus actuaciones con la criminalidad.
En tercer lugar, como ha puesto en evidencia la criminología, no tiene sentido pretender reducir la violencia, en los hogares, escuela, callejera, aumentando el número de persona armadas en las calles. Como bien se afirma en los países que transitan por esa vía errada no se ha reducido la criminalidad y se ha generado en cambio en fenómeno circular: los delincuentes sancionados por el sistema penal pertenecen en forma desproporcionada a los grupos más pobres de la población y la numerosa policía que los persigue, con salarios miserables, pertenecen también al mismo extracto. Y obviamente, no puede detenerse sino multiplicarse cada vez más de esa manera. Lo anterior no significa, desde luego, que descarte la necesaria intervención policial. Por el contrario, creo que es indispensable para una adecuada y correcta aplicación de la ley, sin embargo la forma de mejorar su intervención no se reduce a un problema numérico, ni militarizas sus actuaciones laborales y sociales en que se encuentra la policía, incluyendo aspectos como el salario, la capacitación e instrumentos de trabajo.
Otra de las soluciones que se han estado proponiendo para acabar con la inseguridad y con ello combatir la criminalidad en general, es la de AUMENTAR Y FORTALECER LA DUREZA DE LAS PENAS, con la esperanza de que constituyan una forma de desestimular la conducta proclive al delito; los penalistas denominan ésta la función de prevención general o intimidación, reservada a la pena incluida en el tipo penal.
Si bien en materia de menores los montos de las penas de prisión prevista en cada figura delictiva no tiene aplicación directa, la verdad es que siempre se tiene alguna incidencia porque los tribunales de menores tienden a establecer el tipo de “medida tutelar” en proporción a la gravedad del hecho y a la gravedad de la pena prevista para los adultos en la ley, más que a las necesidades de tratamiento y atención que requiere el menor. De acuerdo con esta idea, las personas menores o mayores no van a cometer hechos delictivos si la pena prevista en la ley para los delitos es dura y grave. Se tiene la creencia que existe una relación directa entre cantidad y gravedad de la pena por un lado y no inclinación hacia el delito.
Nuevamente los criminólogos se han encargado de desencantar. Por medio de la teoría de la indiferencia de las sanciones la investigaciones han mostrado que cualquiera que sea la sanción prevista en la ley, ninguna en especial ha tenido la incidencia o eficacia en general menos niveles de delincuencia que otra por el sólo hechos de encontrase prevista en abstracto y con independencia
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